¿Cuál es tu Santo de Oro favorito en Saint Seiya?

jueves, 19 de agosto de 2010

¡Exclusiva para el blog! Angels capítulo 18

¡Hola queridas/os seguidores/as! (Que de momento sois cero). Como prometí en la descripción de todos mis fics, disculpad si falta en alguno, los capítulos de mis fanfics estarán dos días antes en el blog que en las páginas de fanfics. Para empezar a cumplir esto, os dejo por aquí el capítulo 18 de Angels en exclusiva. ¡Espero que os guste! Y... ¡a comentar! (xD)


Angels.
Capítulo 18
Nora VS Dartsa

Nora cerró los ojos mientras sentía arder como pura lava su cosmos. En la gran negrura provocada por el ataque, a pesar de haber resultado debilitado, aún tanjente de Kartsa, la Angel se elevó y extendió los brazos con las palmas hacia arriba y un polvo brillante flotó a su alrededor, rizándose y actuando como un gran remolino en cuyo centro se encontraba ella. Distintos colores brillaban en aquel polvo de puro poder, azul, rojo, violeta, marrón, verde, ... Todos los elemento acudían a la llamada del cosmos de Nora, fundiéndose, exibiendo su poder. Sonó entonces un ensordecedor trueno y un rayo hizo su aparición justo detrás de la pelirroja. Más rayos comenzaron a caer, dando paso a una tormenta eléctrica violeta, añil, azul, amarilla y naranja. El polvo comenzó a girar cada vez más rápido, y crearon un tornado que conforme transcurrían los rápidos segundos iba aumentando de tamaño.

El viento huracanado que azotaba el cabello naranja de Dartsa fue volviéndose más rápido y más frío, y poco a poco una lluvia cada vez más gélida de centró en la batalla de las dos guerreras. La lluvia fue congelándose hasta convertirse en granizo.

Nora hechó la cabeza hacia atrás, con su melena flotando a su alrededor como un incendio, abrió los ojos, que brillaban más verdes que nunca, impregnados de odio y sed de venganza, y de su boca salió un murmullo. El huracán aumentó impresionantemente y explotó. Nora irguió la cabeza y miró fijamente a Dartsa.

-Ha llegado tu fin.

Entonces, la armadura de la Angel Caída apareció. El conjunto de piezas plateadas con ribeteados negros, que parecían absorver todos los elementos, formaba la figura de una joven de rodillas, con las manos extendidas en la misma posición que las de Nora, y lo más impresionante de todo, unas alas blancas en la espalda enormes. Unas alas perfectas y puras que habrían sido la envidia de cualquier ángel y pájaro que se precie. La formación no duró más que unos segundos, y luego las piezas se separaron y volaron hacia su sitio.

Unas botas altas hasta la rodilla aseguraban la protección parcial de las piernas, las faldas de la armadura le cubrían hasta la mitad del muslo, el peto que cubría el pecho contaba solo con un asa gruesa al hombro izquierdo y protegía toda la zona del pecho y el abdomen, en la cabeza solo una diadema ancha como adorno más que nada, una hombrera en el hombro derecho y en los brazos las protecciones normales desde el codo hasta la muñeca y en las manos unos guantes negros sin dedos y por último, las alas blancas en la espalda.

Dartsa dio un paso hacia atrás, altó y cerró los ojos durante un segundo. La aparición de su armadura fue más sencilla y básica, pero infinitamente menos impresionante. Las piezas de su armadura aparecieron en su sitio, sin ni siquiera formar su figura. La armadura era básica del todo. Un casco para la cabeza, protecciones para los hombro, la protección del pecho y abdomen era de cuerpo entero, las faldas de la armadura hasta la rodilla y los botines hasta el tobillo. Todo la armadura era de un negro brillante.

Ambas bajaron al suelo y se miraron fijamente, con un hilo de odio conectando sus miradas.

Nora no acababa de comprender cómo era que la armadura de su oponente no había formado ninguna forma, ni cómo era que Dartsa no había necesitado una llamada con su cosmos a su armadura.

-Howling of the blood!

El ataque de Dartsa debería haber pillado por sorpresa a la Angel, pero la pelirroja estaba controlando la batalla a la perfección. Este ataque consistía en un poderoso aullido que iba aumentando de volumen hasta romper los tímpanos de su oponente y así bloquear el sentido del oído.

Nora hizo un gesto con la mano y un huracán pequeño se estrelló contra el ataque sónico, deshaciéndolo.

Con un grito de rabia Dartsa se precipitó sobre la Angel Caída.

La amazona negra le dio un puñetazo en el abdomen a Nora, pero la pelirroja se lo paró y cogiéndole el puño cerrado se apartó ligeramente hacia el lado contrario y con la otra mano plana de lado le dio en el codo, partiéndole el hueso.

Dartsa, con un grito de dolor le intentó dar otro puñetazo con la otra mano en el rostro. Nora lo esquivó sin problemas agachándose. Sin embargo, el puñetazo solo era una distracción, y una patada lateral se acercó peligrosamente al costado izquierdo de Nora. La pelirroja la paró con una mano mientras esquivaba otro puñetazo al rostro.

-¡Sacrifice of the hell!

Nora solo pudo acertar a cubrirse la cara con los antebrazos cuando el ataque le golpeó de lleno. La potencia del ataque la hizo estrellarse contra un muro, clavándose en él. Abrió los ojos inmediatamente en cuanto chocó contra la pared, pero Dartsa ya estaba en frente de ella.

El puñetazo de la amazona negra se clavó en la pared, justó en el lugar donde había estado el abdomen de la Angel. Una patada lateral apartó a Dartsa del muro y la tiró al suelo.

-¡Ring of the fire!

Nora creó un semicírculo en el aire con la mano derecha mientras pronunciaba el ataque. Un círculo de llamas encerró a Dartsa. Nora caminó hasta el círculo, que se iba formando cada vez más estrecho.

-¿Por qué, Dartsa? ¿Por qué esa fijación en mandar en todo, en destruirlo todo?

Dartsa soltó un alarido cuando las llamas comenzaron a bañar su piel.

-¿Y por qué no?-murmuró la amazona negra en respuesta para luego soltar un alarido de dolor.

Nora se alejó, dispuesta a ir a junto Camus.

"Demasiado fácil"pensó, o Dartsa era malísima peleando, o aquello era una trampa.

La Angel Caída frenó en seco cuando se dio cuenta de que solo estaban ella y Dartsa, lo demás estaba todo negro.

-¿Qué?-murmuró.

-Gracias, hermana.-oyó que murmuraba Dartsa.

Nora se giró justo para ver como Dartsa hacia explotar su cosmos y se libraba del ataque de la pelirroja.

Las llamas se disiparon y Dartsa se levantó. Tenía la armadura quemada y sus manos estaban destrozadas por el fuego al intentar protegerse el rostro. Y qué decir de las ropas de la amazona negra, en esos momentos, lo único que tapaba su desnudez completa era la armadura.

-Vas a acabar como tus padres, querida.-dijo la amazona.

Con un rápido movimiento, esta asestó un puñetazo al suelo y en el se abrió una grieta. Nora saltó hacia atrás apra esquivarla.

-¡Water death agony!

La improvista ola gigante cayó sobre la amazona negra, aplastándola y lanzándola lejos. Nora corrió hacia ella y la lanzó al aire con una aptada. Cuando la sorprendida Dartsa comenzó a caer, Nora saltó y de un rodillazon en el estómago la volvió a lanzar al aire. La Angel saltó de nuevo, batiendo las alas de su armadura para colocarse al lado de Dartsa. Cerró un puño y lo lanzó contra el rostro de la malvada. Esta se impulsó hacia detrás lo justo para esquivarlo, cogió a Nora del brazo y girándola la lanzó de espaldas contra el suelo.

La Angel Caída lanzó un grito cuando su espalda sufrió el violento golpe. Se retorció en el suelo, intentando levantarse, pero caundo lo estaba haciendo, una patada en el rostro la volvió a tumbar.

-Vaya, sigues tu destino. La Angel Caída no se levanta del suelo.-dijo Dartsa para luego exclamar una horrible carcajada.-¡Howling of the blood!

Nora, que se retorcía de dolor en el suelo, no pudo hacer nada para evitar el ataque. Lanzó un grito y se llevó las manos a los oídos.

Dartsa le dio otra patada en el estómago mientras reía.

"Oh, Dios, por favor, que pare esto. No lo soporto. Mis oídos."pensó Nora"Pero... ¿qué diablos estoy haciendo? Tengo que levantarme. Soy la Angel Caída y me derrotan así. Entrené durante años para conseguir ser lo que soy y ahora me voy a rendir. Jamás."

Dartsa contempló como la sangre se comenzaba a filtrar por los dedos cerrados de Nora, signo de que su ataque había surtido efecto. La Angel Caída se había quedado sorda.

Aún sin la capacidad de oír, Nora se levantó del suelo. Miró como los labios de su oponente se curvaban en lo que sería una carcajada, y se alegró de haberse quedado sorda para no oirlo.

-¡Pressure of the air!-gritó Nora. Confió en sí misma en haber dicho lo correcto, puesto que no podía oír sus palabras.

La amazona negra se llevó las manos al cuello y comenzó a boquear. El ataque de Nora producía el mismo efecto que si se hubiera tirado de un rascacielos abajo. La resión del aire la mataría.

Nora le dio una patada, pero notó como la oscuridad se iba volviendo más y más densa. Y Dartsa se libró del ataque gracias a la ayuda de su hermana.





Yunia cerró los ojos y se concentró en expandir su cosmos. Intentar comunicarse con Mu de Aries a tal distancia mediante su cosmos era una locura, pero tenía que confiarse en que funcionaría. Encontró muchos cosmos, pero se fijó en uno. "¿Mu?" preguntó. "Por Zeus, que sea él".



Livia miró a Mu extrañada cuando el caballero de Aries dio un respingo.

-¿Qué pasa?-le preguntó.

Mu se concentró en aquel cosmos que le llamaba.

-Yunia.-dijo.

Livia dio un salto. ¿Yunia estaba ahí?

-¿Qué? Zeus, ¿está bein? ¿Dónde está?-le preguntó la "licántropa" diciendo tan rápido las palabras que casi no se le entendía.



"Sí, ¿Yunia? ¿Eres tú?" la Angel Torturada esbozó una sonrisa de alivio. Lo había conseguido. "Sí, Mu, soy yo. Por favor, tienes que venir a buscarme" "Bien, " le llegó la respuesta de él " pero pásame una imagen de dónde estás". Yunia abrió los ojos y escudriñó a su alrededor. Estaba en un campo de hierba seca. Sin nada más. La Angel Torturada se había cuidado bien de escoger el lugar más básico que podía para ponerle las cosas más fáciles al santo de Aries. Hasta había aparcado lejos su coche para que no interviniera en la visión del paisaje. Cerró los ojos y le pasó la imagen a Mu.




Mu miró a Livia con preocupación.

-Voy a buscar a Yunia, ¿vale?-Livia asintió con la cabeza.-Por favor, ten cuidado.

El santo de Aries le cogió la cara a la rubia entre sus manos. Apoyó su frente contra la de ella.

-Soy una Princesa de los Lobos, estaré bien.-le respondió ella.

Mu hizo una mueca de desagrado, pero la chica se apresuró a borrarsela con un suave beso en los labios.

El caballero la soltó y se desvaneció en el aire.




Yunia no pudo evitar sentirse sumamente feliz al ver aparecer delante de sus narices al Santo de oro de Aries.



Este se sorprendió de ver la sonrisa de la Angel Torturada. Seguía teniendo ese aire frío, pero ya no era como antes. Mu comprendió que la chica a la que estaba viendo era un pedazo de la verdadera Yunia, sin quella máscara tras la que se ocultaba.

No dijeron nada, el Santo le puso una mano en el hombro y ambos se teletransportaron. Tenían demasiada prisa como para ponerse a charlar.



Cuando Livia vio aparecer a Yunia delante suya, no pudo evitarlo y se abalanó encima de ella en un abrazo. La alegría de ver de nuevo a su amiga, y sobre todo de tener la certeza de que estaba bien, hizo que se olvidara durante unos segundos de la situación en la que estaban.

Para sorpresa de la Princesa de los Lobos, la Angel Torturada correspondió a su abrazo.

-No se te ocurra volver a irte.—le dijo Livia luego de haberse separado.

-Lo sé, y lo siento. Pero tenía mis razones y os las explicaré, pero antes tenemos que acabar con esto.

Tanto Mu como Livia asintieron con la cabeza.

-¿Y cómo vas a hacer para evitar el ataque de Kartsa?-le preguntó Mu, intrigado. ¿Cómo haría Yunia para deshacerse del ataque de la Noche Eterna?

-Soy la Angel Torturada, no os preocupeis por mí.