¿Cuál es tu Santo de Oro favorito en Saint Seiya?

viernes, 31 de diciembre de 2010

BIENVENIDOS:

¡Hola! ¿Qué tal estáis? ¡Espero que bien!

Bueno, este blog lo creé para subir todos (hasta los que contienen lemon) los capítulos de mis fanfics, noticias sobre mis fics, temas sobre fics, andainas mías, historias que me vienen a la cabeza, etc.

Espero que os guste el blog y... ¡No dudéis en comentar!

Si os gustan mis fics es probable que si seguís este blog os enteréis de muchas novedades sobre los fics y que leais adelantos mucho antes que los demás.

Ah, por cierto, lo de llamarle review a los comentarios lo hice a propósito. xP

¡Un beso muy grande! Yunia

domingo, 24 de octubre de 2010

Angels. Capítulo 20

Angels.

Capítulo 20

Venganza lobuna

Kat cerró con fuerza sus dientes en torno a un pliegue de piel del cuello de su adversaria. Tiró hacia atrás y sus oídos se deleitaron con el sonido del desgarrar de la piel, varias gotas de sangre le salpicaron el lobuno rostro, pero no por ello soltó a la que en esos momentos era su presa. Runa se debatió, furiosa, pero su avanzada edad hacía ya mella en su fuerza, agilidad y ante todo, vitalidad, todo lo contrario que Katrina, que a sus veintiocho años estaba fresca como una rosa, como una rosa teñida por el odio y la sed de sangre, una rosa negra. Un zarpazo le atinó en el lado derecho del vientre y el pelaje marrón cobrizo de esa zona goteó sangre que no cesaba de emanar de la herida, pero la joven no aflojó la presión de sus dientes. Clavó las uñas de su zarpa izquierda con fuerza en el costado del mismo lado de Runa. La bruja estaba totalmente inmovilizada, y notaba el aliente frío de la muerte delante de su hocico, pero, casi sin pararse a pensarlo, transformó su apariencia en la de una pitón albina. Su largo y escamoso nuevo cuerpo se soltó con rapidez de Kat y se enrolló con fuerza en torno a su cuello, sus colmillos de reptil, fuertes y mortales aunque no venenosos, se clavaron en la yugular de la joven. Kat soltó un aullido de dolor y por un segundo perdió el control de su cuerpo, un craso error, ya que su figura humana era más vulnerable ante la pitón que era en esos momentos Runa. La sangre formaba ya un charco a sus pies, una sangre tanto de una como de otra adversaria. El charco empezó a aumentar ante la fuerza con la que fluía la sangre del cuello de Kat. Ésta intentó agarrar con las manos a Runa, pero fue incapaz, ya que sus dedos y sus palmas empapadas en sangre resbalaban por las escamas del reptil. Si no se la quitaba de encima, estaba oficialmente perdida. El abrazo mortal de la pitón aumento su fuerza, y la licántropa comenzó a ahogarse. Comenzó a toser, y cada vez que lo hacía, tosía sangre. Sentía que sus fuerzas flaqueaban, y su visión se tornó borrosa. ¿Iba a morir así? ¿Dónde se quedaba su venganza? ¿Y su futuro con Saga? ¿Y el ver crecer y convertirse en un adulto a su hermano? ¿Y el reencuentro con Yunia? ¿Dónde se quedaban sus ganas de vivir? ¿Y sus aspiraciones? ¿Y su sueño de convertirse en la mejor modelo de todos los tiempos? ¿Y el invertir dinero en ayudar y salvar a gente que no tenía nada? Se iba a ir todo en un río de sangre. No podía rendirse. No, no y no. Lucharía, cumpliría su venganza y tendría una larga y feliz vida por delante. Entonces, su salvación vino pintada por la arrogancia de Runa. La bruja se soltó y cambió de nuevo su apariencia, volviendo a ser de nuevo la misma vieja bruja arrugada de siempre. Creyendo que ya Kat no tendría fuerzas para levantarse e intentar matarla, se puso de pie al lado de la joven, que yacía tirada en el suelo, bañándose en su propia sangre. La bruja flexionó el cuerpo hacia delante y puso su rostro a escasos centímetros del de la joven.

-Adiós, querida…-le susurró tras una malvada sonrisa.

Kat entonces lo vio claro, su venganza estaba ante sus narices. Abrió los ojos y se transformó en loba con una rapidez desorbitante. Cogió entre sus dientes la cabeza de la bruja y saltó de lado. Quedó entonces erguida, con la cabeza de la bruja sujeta hacia atrás cargando con el peso del cuerpo de ésta, que estaba tirado en el suelo boca abajo y la espalda torcida ante la postura inflingida por Katrina. Entonces, Kat apoyó las patas delanteras en los hombros de la bruja, hizo fuerza y dio giró la cabeza hacia la derecha a la vez que la echaba hacia detrás. El cuerpo decapitado de la bruja quedó bajo sus patas, entonces, abrió la mandíbula y la cabeza de la bruja rodó por el suelo con una mueca de horror pintada en su rostro. Su venganza había sido cumplida. Entonces, su visión se volvió más borrosa aún, su cuerpo volvió a su forma humana y cayó al suelo, inconsciente.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Personaje de mi idea nueva de Saint Seiya: Kaleb

Apodo: Kaleb

Nombre real: Kaleb Blaze

Edad: 20 años

Fecha de nacimiento: 26/09

Signo del zodaco: Libra

Altura: 1'98 m

Peso. 97 kg

Grupo sanguíneo: AB

Profesión: Trabaja en el Zoo con serpientes.

Familia: Huérfana, hermano de Kalyra.

Pareja: Ariadne


Carácter: Sosegado, como su hermana, Kalbe es una persona muy tranquila y agradable. Puede ser un poco pasota a veces.


Descripción física: Kaleb es alto y musculoso. De pelo corto con flequillo de color rubio oscuro tirando para castaño claro, cejas gruesas y negras, ojos castaños y fuerte mandíbula, Kaleb resulta muy atractivo.


En batalla: Gracias a su físico, Kaleb es totalmente letal. Nunca se pierde una batalla. Su forma de pelear puede ser un poco ruda y prefiere mostrarse a la ofensiva que a la defensiva, la velocidad y la agilidad no son lo suyo, pero lo compensa con su fuerza. Su poder podría alejarlo de las peleas al ser a gran distancia, pero prefiere pelear.


Poder: Como pude alzanzar distancias inmensas es muy poderoso. Kaleb controla y crea la electricidad y sus descargas son mortales.


Nota: El segundo nombre de Kaleb se pronuncia "Bleiz".

Personaje de mi idea nueva de Saint Seiya: Alissa

Apodo: Alissa

Nombre real: Alissa Angelica

Edad: 21 años

Fecha de nacimiento. 28/09

Signo del zodiaco: Libra

Altura: 1'74 m

Peso: 64 kg

Grupo sanguíneo: A

Profesión: Soldado

Familia: Ninguna

Pareja: Adam


Carácter: Equilibrado, Alissa sabe manejar cualquier situación. Es amable y simpática y tiene un sentido del humor exquisito, mas si tiene que enfadarse lo hace sin problemas.


Descripción física: De estatura y pelo normales, Alissa tiene los ojos castaños y el pelo por los hombros, ondulado y habitualmente recogido en una cola de caballo del mismo color. Tiene fuerza pero no en exceso y unas curvas impresionantes.


En batalla: Rápida, en esa palabra se podría resumir como es peleando. Alissa no repara en si utiliza la fuerza, la astucia, la agilidad o demás ni si utiliza un arma o no al matar, simplemente, lo hace de forma rápida.


Nota: Como el segundo nombre de Alissa es inglés, se pronuncia "Anllelica" ya que si fuera español se pronunciaría tal cual se escribe(Angelica).

Personaje de mi idea nueva de Saint Seiya: Evan

Apodo:Evan

Nombre real: Evangeline

Edad: 18 años

Fecha de nacimiento: 2/09

Signo del zodiaco: Virgo-TauroAltura: 1'76 m

Peso: 70 kg

Grupo sanguíneo: A

Profesión: Ninguna

Familia: Ninguna

Pareja: Bian de Hipocampo


Carácter: Tranquilo, Evan es una persona calmada y amiga de las risas. Su actitud pausada raras veces se ve perturbada. Sólo se comporta de forma desmadrada cuando canta, pues lo deja todo en ello.


Descripción física: Evan cuida muchísimo su aspecto, por lo que es siempre impecable. Alta y delgada, de piel pálida; su físico es impresionante, así como sus ojos violetas oscuros y su pelo largo, ondulado, con flequillo recto y negro como la noche.


En batalla: Su poder es suficiente para acabar con cualquiera que esté donde ella. Las pocas veces que pelea, pues no le es necesario, se muestra feroz con la espada y maneja la suya como si fuese una alargación de su brazo.


Poder: Es uno de los más poderosos por su gran alcance.Evan ataca cantando. Su voz, clara o ronca, grave o aguda, fuerte o suave, … , según la canción lo implique; puede cambiarla a gusto y mata a quien ella quiera.


Nota: El nombre de Evan se pronuncia "Evangelain".

Personaje de mi idea nueva de Saint Seiya: Lune

Apodo: Lune

Nombre real: Lune

Edad: 19 años

Fecha de nacimiento: 16/11

Signo del zodiaco: Escorio

Altura: 1'77 m

Peso: 69 kg

Grupo sanguíneo: A

Profesión: Ninguna

Familia: Ninguna, tenía una hermana mayor pero murió.

Pareja: Camus de Acuario


Carácter: Impresionante, Lune es un poco irascible en ciertos aspectos, pero el que más se toma en serio es la lealtad y jamás perdonaría una traición. A pesar de todo, es muy agradable y simpática.


Descripción física: Alta, delgada y de buen cuerpo; así es Lune. Con su cabello ondulado a la altura del pecho de color castaño desvaído con flequillo recto, ojos azules sumamente claros y su buen cuerpo aparenta ser frágil, siendo eso todo lo contrario a ella.


En batalla: Asesina implacable, maneja cualquier arma a la perfección aunque su destreza es más notable con sus dos dagas que con el resto. Su falta de escrúpulas con sus enemigos no conoce límites, pero con aquellos de los que duda actúa con misericordia.


Poder: El poder de Lune es el que tienen la mitad de personas de la Hermanda. Lune sufrió lo mismo que su hermana mayor y llegó a morir, pero entonces, regresó. Lune es un ángel, lo cual consiste en que es una persona normal pero si muere y decide transformarse, saliéndole las alas, puede hacerlo. Más tarde puede volver a recoger las alas. Así mismo, solo puede convertirse en ángel al morir.


Nota: El nombre de Lune se pronuncia como si estuviese escrito sin la e ("Lun").

Personaje de mi idea nueva de Saint Seiya: Siria

Apodo: Siria

Nombre real: Siria

Edad: 22 años

Fecha de nacimiento:

Signo del zodiaco:

Altura: 1'83 m

Peso: 78 kg

Grupo sanguíneo: A

Profesión: Ninguna

Familia: Ninguna

Pareja: Máscara de la Muerte


Carácter: Apasionado, Siria es una persona sumamente impulsiva que se pasa la mayor parte del tiempo intentando controlarse. Todo esto, claro está, es por su poder.


Descripción física: Siria es una joven muy alta y delgada. Tiene buen cuerpo, pero su complexion es más tirando hacia atlética que hacia la de una mujer con curvas, por lo que su figura aparenta ser la de una modelo. De pelo largo, lacio y rubio platino con un flequillo recto y ojos de color azul eléctrico, tiene algo que le da una apariencia salvaje.


En batalla: Siempre participa en ella gracias a su poder, en mayor parte. Es totalmente mortal y cuidadosa, puede llegar a matar a una persona en menos de cinco segundos sin derramar una sola gota de sangre, tanto de la suya como de la de su contrincante. Su velocidad y agilidad son prodigiosas y, ante todo, eficaces.


Poder: Más que un poder, lo de Siria se podría considerar una cualidad. Tras estar al mismísimo umbral de la muerte, una operación la salvó, pero traía consigo algo que podría ser considerado negativo o positivo, la cualidad de Siria, transformarse en una pantera negra.

Primer personaje de mi idea nueva de Saint Seiya: Kalyra

Apodo: Kalyra

Nombre real: Kalyra Minerva

Edad: 20 años

Fecha de nacimiento: 26/09

Signo del zodiaco: Libra

Altura: 1'64 m

Peso: 57 kg

Grupo sanguíneo: AB

Profesión: Psicóloga

Familia: Huérfana, hermana de Kaleb.

Pareja: Milo de Escorpio


Carácter: Sosegado, Kalyra es una persona tranquila y con una gran estabilidad mental, en ocasiones puede llegar a ser un poco fría.


En batalla:Kalyra actúa como as bajo la manga debido a su poder, por lo que pocas veces se la ve pelear ya que su objetivo son siempre los peces gordos. A pesar de ello, es una asesina absolutamente mortal aunque con poca delicadeza y un tanto propensa a ensangrentar más de lo necesario.


Descripción física:Kalyra es una joven baja y de muy buen cuerpo. Lleva el pelo largo y ondulado de color rubio oscuro tirando para castaño claro. El corte que lleva es a capas, forma de potenciar las ondulaciones de su pelo, y lleva flequillo de lado pero sujeto detrás de una oreja para evitar que le tape un ojo.


Poder:El poder de Kalyra es uno de los mayores conocidos, pudiendo ser bloqueado solo por una persona y un Dios o Diosa. Su poder consiste en que a través de sus ojos amarillos puede meterse en la mente de cualquiera (con las excepciones que nombré en la frase anterior) y hacer lo que quiera con ella: borrar recuerdos, crearlos, aprender conceptos que tenía la persona en cuya mente a entrado, meter nuevas ideas, etc.


Nota: El nombre de Kalyra se pronunciar como si estuviese escrito con i latina "Kalira".

jueves, 19 de agosto de 2010

¡Exclusiva para el blog! Angels capítulo 18

¡Hola queridas/os seguidores/as! (Que de momento sois cero). Como prometí en la descripción de todos mis fics, disculpad si falta en alguno, los capítulos de mis fanfics estarán dos días antes en el blog que en las páginas de fanfics. Para empezar a cumplir esto, os dejo por aquí el capítulo 18 de Angels en exclusiva. ¡Espero que os guste! Y... ¡a comentar! (xD)


Angels.
Capítulo 18
Nora VS Dartsa

Nora cerró los ojos mientras sentía arder como pura lava su cosmos. En la gran negrura provocada por el ataque, a pesar de haber resultado debilitado, aún tanjente de Kartsa, la Angel se elevó y extendió los brazos con las palmas hacia arriba y un polvo brillante flotó a su alrededor, rizándose y actuando como un gran remolino en cuyo centro se encontraba ella. Distintos colores brillaban en aquel polvo de puro poder, azul, rojo, violeta, marrón, verde, ... Todos los elemento acudían a la llamada del cosmos de Nora, fundiéndose, exibiendo su poder. Sonó entonces un ensordecedor trueno y un rayo hizo su aparición justo detrás de la pelirroja. Más rayos comenzaron a caer, dando paso a una tormenta eléctrica violeta, añil, azul, amarilla y naranja. El polvo comenzó a girar cada vez más rápido, y crearon un tornado que conforme transcurrían los rápidos segundos iba aumentando de tamaño.

El viento huracanado que azotaba el cabello naranja de Dartsa fue volviéndose más rápido y más frío, y poco a poco una lluvia cada vez más gélida de centró en la batalla de las dos guerreras. La lluvia fue congelándose hasta convertirse en granizo.

Nora hechó la cabeza hacia atrás, con su melena flotando a su alrededor como un incendio, abrió los ojos, que brillaban más verdes que nunca, impregnados de odio y sed de venganza, y de su boca salió un murmullo. El huracán aumentó impresionantemente y explotó. Nora irguió la cabeza y miró fijamente a Dartsa.

-Ha llegado tu fin.

Entonces, la armadura de la Angel Caída apareció. El conjunto de piezas plateadas con ribeteados negros, que parecían absorver todos los elementos, formaba la figura de una joven de rodillas, con las manos extendidas en la misma posición que las de Nora, y lo más impresionante de todo, unas alas blancas en la espalda enormes. Unas alas perfectas y puras que habrían sido la envidia de cualquier ángel y pájaro que se precie. La formación no duró más que unos segundos, y luego las piezas se separaron y volaron hacia su sitio.

Unas botas altas hasta la rodilla aseguraban la protección parcial de las piernas, las faldas de la armadura le cubrían hasta la mitad del muslo, el peto que cubría el pecho contaba solo con un asa gruesa al hombro izquierdo y protegía toda la zona del pecho y el abdomen, en la cabeza solo una diadema ancha como adorno más que nada, una hombrera en el hombro derecho y en los brazos las protecciones normales desde el codo hasta la muñeca y en las manos unos guantes negros sin dedos y por último, las alas blancas en la espalda.

Dartsa dio un paso hacia atrás, altó y cerró los ojos durante un segundo. La aparición de su armadura fue más sencilla y básica, pero infinitamente menos impresionante. Las piezas de su armadura aparecieron en su sitio, sin ni siquiera formar su figura. La armadura era básica del todo. Un casco para la cabeza, protecciones para los hombro, la protección del pecho y abdomen era de cuerpo entero, las faldas de la armadura hasta la rodilla y los botines hasta el tobillo. Todo la armadura era de un negro brillante.

Ambas bajaron al suelo y se miraron fijamente, con un hilo de odio conectando sus miradas.

Nora no acababa de comprender cómo era que la armadura de su oponente no había formado ninguna forma, ni cómo era que Dartsa no había necesitado una llamada con su cosmos a su armadura.

-Howling of the blood!

El ataque de Dartsa debería haber pillado por sorpresa a la Angel, pero la pelirroja estaba controlando la batalla a la perfección. Este ataque consistía en un poderoso aullido que iba aumentando de volumen hasta romper los tímpanos de su oponente y así bloquear el sentido del oído.

Nora hizo un gesto con la mano y un huracán pequeño se estrelló contra el ataque sónico, deshaciéndolo.

Con un grito de rabia Dartsa se precipitó sobre la Angel Caída.

La amazona negra le dio un puñetazo en el abdomen a Nora, pero la pelirroja se lo paró y cogiéndole el puño cerrado se apartó ligeramente hacia el lado contrario y con la otra mano plana de lado le dio en el codo, partiéndole el hueso.

Dartsa, con un grito de dolor le intentó dar otro puñetazo con la otra mano en el rostro. Nora lo esquivó sin problemas agachándose. Sin embargo, el puñetazo solo era una distracción, y una patada lateral se acercó peligrosamente al costado izquierdo de Nora. La pelirroja la paró con una mano mientras esquivaba otro puñetazo al rostro.

-¡Sacrifice of the hell!

Nora solo pudo acertar a cubrirse la cara con los antebrazos cuando el ataque le golpeó de lleno. La potencia del ataque la hizo estrellarse contra un muro, clavándose en él. Abrió los ojos inmediatamente en cuanto chocó contra la pared, pero Dartsa ya estaba en frente de ella.

El puñetazo de la amazona negra se clavó en la pared, justó en el lugar donde había estado el abdomen de la Angel. Una patada lateral apartó a Dartsa del muro y la tiró al suelo.

-¡Ring of the fire!

Nora creó un semicírculo en el aire con la mano derecha mientras pronunciaba el ataque. Un círculo de llamas encerró a Dartsa. Nora caminó hasta el círculo, que se iba formando cada vez más estrecho.

-¿Por qué, Dartsa? ¿Por qué esa fijación en mandar en todo, en destruirlo todo?

Dartsa soltó un alarido cuando las llamas comenzaron a bañar su piel.

-¿Y por qué no?-murmuró la amazona negra en respuesta para luego soltar un alarido de dolor.

Nora se alejó, dispuesta a ir a junto Camus.

"Demasiado fácil"pensó, o Dartsa era malísima peleando, o aquello era una trampa.

La Angel Caída frenó en seco cuando se dio cuenta de que solo estaban ella y Dartsa, lo demás estaba todo negro.

-¿Qué?-murmuró.

-Gracias, hermana.-oyó que murmuraba Dartsa.

Nora se giró justo para ver como Dartsa hacia explotar su cosmos y se libraba del ataque de la pelirroja.

Las llamas se disiparon y Dartsa se levantó. Tenía la armadura quemada y sus manos estaban destrozadas por el fuego al intentar protegerse el rostro. Y qué decir de las ropas de la amazona negra, en esos momentos, lo único que tapaba su desnudez completa era la armadura.

-Vas a acabar como tus padres, querida.-dijo la amazona.

Con un rápido movimiento, esta asestó un puñetazo al suelo y en el se abrió una grieta. Nora saltó hacia atrás apra esquivarla.

-¡Water death agony!

La improvista ola gigante cayó sobre la amazona negra, aplastándola y lanzándola lejos. Nora corrió hacia ella y la lanzó al aire con una aptada. Cuando la sorprendida Dartsa comenzó a caer, Nora saltó y de un rodillazon en el estómago la volvió a lanzar al aire. La Angel saltó de nuevo, batiendo las alas de su armadura para colocarse al lado de Dartsa. Cerró un puño y lo lanzó contra el rostro de la malvada. Esta se impulsó hacia detrás lo justo para esquivarlo, cogió a Nora del brazo y girándola la lanzó de espaldas contra el suelo.

La Angel Caída lanzó un grito cuando su espalda sufrió el violento golpe. Se retorció en el suelo, intentando levantarse, pero caundo lo estaba haciendo, una patada en el rostro la volvió a tumbar.

-Vaya, sigues tu destino. La Angel Caída no se levanta del suelo.-dijo Dartsa para luego exclamar una horrible carcajada.-¡Howling of the blood!

Nora, que se retorcía de dolor en el suelo, no pudo hacer nada para evitar el ataque. Lanzó un grito y se llevó las manos a los oídos.

Dartsa le dio otra patada en el estómago mientras reía.

"Oh, Dios, por favor, que pare esto. No lo soporto. Mis oídos."pensó Nora"Pero... ¿qué diablos estoy haciendo? Tengo que levantarme. Soy la Angel Caída y me derrotan así. Entrené durante años para conseguir ser lo que soy y ahora me voy a rendir. Jamás."

Dartsa contempló como la sangre se comenzaba a filtrar por los dedos cerrados de Nora, signo de que su ataque había surtido efecto. La Angel Caída se había quedado sorda.

Aún sin la capacidad de oír, Nora se levantó del suelo. Miró como los labios de su oponente se curvaban en lo que sería una carcajada, y se alegró de haberse quedado sorda para no oirlo.

-¡Pressure of the air!-gritó Nora. Confió en sí misma en haber dicho lo correcto, puesto que no podía oír sus palabras.

La amazona negra se llevó las manos al cuello y comenzó a boquear. El ataque de Nora producía el mismo efecto que si se hubiera tirado de un rascacielos abajo. La resión del aire la mataría.

Nora le dio una patada, pero notó como la oscuridad se iba volviendo más y más densa. Y Dartsa se libró del ataque gracias a la ayuda de su hermana.





Yunia cerró los ojos y se concentró en expandir su cosmos. Intentar comunicarse con Mu de Aries a tal distancia mediante su cosmos era una locura, pero tenía que confiarse en que funcionaría. Encontró muchos cosmos, pero se fijó en uno. "¿Mu?" preguntó. "Por Zeus, que sea él".



Livia miró a Mu extrañada cuando el caballero de Aries dio un respingo.

-¿Qué pasa?-le preguntó.

Mu se concentró en aquel cosmos que le llamaba.

-Yunia.-dijo.

Livia dio un salto. ¿Yunia estaba ahí?

-¿Qué? Zeus, ¿está bein? ¿Dónde está?-le preguntó la "licántropa" diciendo tan rápido las palabras que casi no se le entendía.



"Sí, ¿Yunia? ¿Eres tú?" la Angel Torturada esbozó una sonrisa de alivio. Lo había conseguido. "Sí, Mu, soy yo. Por favor, tienes que venir a buscarme" "Bien, " le llegó la respuesta de él " pero pásame una imagen de dónde estás". Yunia abrió los ojos y escudriñó a su alrededor. Estaba en un campo de hierba seca. Sin nada más. La Angel Torturada se había cuidado bien de escoger el lugar más básico que podía para ponerle las cosas más fáciles al santo de Aries. Hasta había aparcado lejos su coche para que no interviniera en la visión del paisaje. Cerró los ojos y le pasó la imagen a Mu.




Mu miró a Livia con preocupación.

-Voy a buscar a Yunia, ¿vale?-Livia asintió con la cabeza.-Por favor, ten cuidado.

El santo de Aries le cogió la cara a la rubia entre sus manos. Apoyó su frente contra la de ella.

-Soy una Princesa de los Lobos, estaré bien.-le respondió ella.

Mu hizo una mueca de desagrado, pero la chica se apresuró a borrarsela con un suave beso en los labios.

El caballero la soltó y se desvaneció en el aire.




Yunia no pudo evitar sentirse sumamente feliz al ver aparecer delante de sus narices al Santo de oro de Aries.



Este se sorprendió de ver la sonrisa de la Angel Torturada. Seguía teniendo ese aire frío, pero ya no era como antes. Mu comprendió que la chica a la que estaba viendo era un pedazo de la verdadera Yunia, sin quella máscara tras la que se ocultaba.

No dijeron nada, el Santo le puso una mano en el hombro y ambos se teletransportaron. Tenían demasiada prisa como para ponerse a charlar.



Cuando Livia vio aparecer a Yunia delante suya, no pudo evitarlo y se abalanó encima de ella en un abrazo. La alegría de ver de nuevo a su amiga, y sobre todo de tener la certeza de que estaba bien, hizo que se olvidara durante unos segundos de la situación en la que estaban.

Para sorpresa de la Princesa de los Lobos, la Angel Torturada correspondió a su abrazo.

-No se te ocurra volver a irte.—le dijo Livia luego de haberse separado.

-Lo sé, y lo siento. Pero tenía mis razones y os las explicaré, pero antes tenemos que acabar con esto.

Tanto Mu como Livia asintieron con la cabeza.

-¿Y cómo vas a hacer para evitar el ataque de Kartsa?-le preguntó Mu, intrigado. ¿Cómo haría Yunia para deshacerse del ataque de la Noche Eterna?

-Soy la Angel Torturada, no os preocupeis por mí.


viernes, 23 de julio de 2010

Angels. Personajes: Yunia



¡Hi! Bueno, por aquí os dejo la ficha personal de una de las protagonistas de mi fic Angels, Yunia.

Yunia
Nombre completo: Yunia Higurashi
Título: Angel Torturada, Ama blanca de los lobos
Diosa a la que protege: Ártemis
Edad: 20 años
Altura: 1'78 metros
Peso:70 kg
Pelo: Largo y violeta
Ojos: Azules claros
Grupo sanguíneo: AB
Padres: Huérfana
Ataques y descripción de estos:

Técnicas de ataque:
  • Black Whip (látigo negro). Técnica básica. Consiste en el movimiento del látigo a la velocidad de la luz, causando miles de latigazos por segundo.
  • Whip Bloody Hell (látigo sangriento del infierno). Técnica suprema. El látigo se divide en dos a partir del mango y enrolla a la persona que es atacada, la presión del látigo va aumentando, creando cada vez cortes de mayor profundidad. Cuando el látigo está totalmente empapado de la sangre del oponente, se fragmenta en el lugar justo de unión con el mango. El látigo se convierte en un flujo de lava con unas runas mágicas inscritas y abre una puerta al Inframundo detrás de la persona. Finalmente, la persona es absorbida hacia el Infierno y el látigo se regenera de nuevo a partir del mango.
Técnicas de defensa:
  • La Angel Torturada no cuenta con técnicas defensivas especiales, por lo que para defenderse tiene su fuerza bruta, su látigo como arma normal, su capacidad de establecer conversación con los animales para que estos la ayuden y su arma más poderosa, la capacidad de predecir el futuro y anticiparse a los ataques de su contrincante.


A pesar de no sentirme muy orgullosa precisamente de este FanArt, os dejo el único dibujo que tengo de Yunia de momento. Cuando haga uno mejor lo subiré, os lo prometo.


miércoles, 14 de julio de 2010

Lío de parejas. Capítulo 3

Lío de parejas.
Capítulo 3.
Cambio.

Miho apoyó la espalda en la marquesina. Miró su reloj. Aún faltaban dos minutos para que llegara el autobús. En su nuevo MP5 empezó a sonar una canción de Evanescence:

Please, please forgive me,
but I won't be home again.
Maybe someday you'll have woke up,
and, barely conscious, you'll say to no one:
"Isn't something missing?"
You won't cry for my absence, I know
you forgot me long ago.
Am I that unimportant...?
Am I so insignificant...?
Isn't something missing?
Isn't someone missing me?

A la chica se le formó un nudo en el estómago, ¿tenía que ser justamente esa canción? La había reconocido en cuanto comenzara: Missing. La peliazul tradujo entonces mentalmente la primera estrofa de la canción:

Por favor, por favor perdóname,
pero no volveré a casa otra vez.
Tal vez algún día tengas que despertarte,
y, apenas consciente, no le dirás a nadie:
"¿No falta algo?"
No llorarás por mi ausencia, lo sé
me olvidaste hace mucho.
¿No soy importante...?
¿Soy insignificante...?
¿No falta algo?
¿No me echa de menos alguien?

"Seiya, ¿no me echas de menos?"pensó la chica con amargura. Aquella canción describía a la perfección como se sentía.

Sonó entonces el coro:

Even thogh I'd sacrified,
you won't try for me, not now.
Thogh I'd die to know you love me,
I'm all alone.
Isn't someone missing me?

A pesar de que cada palabra le hacía más daño que la anterior y que el significado de la canción se clavaba como una daga en su pecho, Miho siguió traduciendo la letra.

Incluso aunque yo fuera sacrificada,
no me juzgarás, ahora no.
Aunque yo muriera para saber si me amas,
estaría absolutamente sola.
¿No me echa de menos alguien?

La puerta del autobús se abrió delante de las narices de la chica. Con esta última frase resonando en su cabeza subió al transporte. Pagó el importe, cogió el ticket y se dirigió a los asientos de detrás. Se sentó en la penúltima fila, en unos asientos de dos que se encontraban vacíos. Se sentó a la izquierda, pegada a la ventana, y apoyando el codo en el borde de la ventana dejó descansar la cabeza contra la ventana.

Al otro lado de la ventana, una joven guapa de mirada ausente la miró fijamente. Era transparente.

Miho se sorprendió al ver su reflejo. Se fijó en todo lo que había cambiado. Pensó en su anterior yo, la niña inocente de dos chichos altos, con vestiditos y correteando detrás de niños pequeños protestando porque se comieran la merienda. Esa niña sin una gota de maquillaje, natural, inocente y estúpida. Pensó en sus anteriores amigos. ¿Amigos? Casi ninguno. Sus anteriores amigos eran Seiya, Shiryu, Shun, Hyoga, Ikki, Eri y Saori. ¿Y ahora? Ahora había perdido a dos, Saori y Seiya, y este último no solo como amigo, si no como novio también. ¿Qué le había dicho cuando la dejara? Ah, sí :"Miho, yo te apreció mucho como amiga y te quiero como tal. Pero lo nuestro no puede ser. Para mí solo eres una amiga". ¿Una amiga? ¿Quién le había dicho a él que ella querría seguir siendo su amiga? Nadie. No se lo había dicho nadie. Pensó entonces en la que era ahora. Una chica de pelo suelto, sedoso, largo y ondulado, vestida como la adolescente que era, ropa a la moda, alguna cara que era de marca, otra barata de un Outlet o de un mercadillo, pero ropa moderna; ya nada de aquellos vestiditos, los vestidos que llevaba ahora solían ser ceñidos, o escotados, modernos, elegantes, frescos, divertidos, góticos, pijos, ... Dependía de su humor. Seguía cuidando a los niños, de acuerdo, eran un poco desastre, pero agradables, seguía jugando con ellos y disfrutaba correteando; pero ya no era su rutina diaria. También había subido de forma impresionante sus notas en el instituto, de suficientes y a lo mucho notables, ahora eran todo sobresalientes y matrículas de honor; estudiar era una buena salida para evitar pensar y olvidarse del dolor. La Miho de ahora, con la raya del ojo hecha y rímel de vez en cuando, con el flequillo de lado tapándole el ojo derecho. La Miho actual, con un cuerpo fantástico que sabía lucir. Una adolescente valiente, lista, precavida aunque un poco decaída.

Ya no era la misma.

Miho sabía que había cambiado muchísimo, pero... ¿Qué de malo había en ello? La chica había llegado a una conclusión: le gustaba su cambio.

No tenía por qué hundirse. Seiya no sabía lo que se estaba perdiendo. Y con una sonrisa, cambió de canción.



Con el nuevo sonido de Shakira, Waka Waka, en su versión en español, Miho bajó del autobús. Delante de ella estaba el banco. Pasó la su tarjeta de crédito por la ranura correspondiente y entró. Tubo que tocar una especie de timbre y esperar un poco a que le abrieran. Ya dentro, apagó el MP5 se quitó los auriculares y lo guardó en el bolsillo de su short vaquero. Miho se puso a la cola a esperar su turno.


Máscara Mortal dirigió una mirada circular a todo el banco. No conocía a nadie, estaba aburrido y aún por encima tenía mogollón de peña delante suya en la cola. Aquello le llevaría un buen rato. Entonces la cola de al lado a la suya se movió y a su lado acabó una chica de pelo azul. La chica debía tener unos catorce años, llevaba el pelo suelto y ondulado, con el flequillo de lado que le tapaba el ojo derecho, llevaba rímel y la raya del ojo echa. Vestía unos shorts vaqueros, un corpiño blanco largo que se ajustaba al pecho pero luego se volvía vaporoso y unas sandalias romanas blancas a juego. Era muy guapa. "Si hubiera chicas así cuando tenía su edad..." pensó el Santo dorado de Cáncer. Miró a la chica de reojo. Se fijó entonces en que algo en ella le resultaba familiar. Se le parecía a alguine, pero... ¿A quién?


Miho se volvió hacia su izquierda, como si pudiera intuir que la estaban mirando. Se quedó muy sorprendida al ver quién era.




—¿Máscara?—le llamó.



Él se volvió hacia ella.



—¿Miho? ¿Eres tú?—ya sabía de que le sonaba aquella chica. ¡Claro! Era Miho. Al parecer ella y el Seiya lo habían dejado.



—¡Claro! ¿Quién si no?—le respondió ella esbozando una sonrisa.



—Guau, chica, pedazo cambio.—no pudo evitar decir el Santo. De ser aquella niñita de chichos a ser ya una mujer echa y derecha había un cambio muy grande. Máscara seguía sin creerse del todo que alguien pudiera cambiar tanto, y, sobre todo, para mejor. Al menos, esa era la impresión que daba.



—Je,je, ¿verdad? Personalmente, creo que estoy mejor así.—le respondió Miho sin abandonar su sonrisa.



Máscara Mortal no pudo evitar pensar lo idiota que era Seiya por dejarlo con una chica así. ¿Por qué lo haría? Entonces recordó todas las veces que había visto a Saori y Seiya juntos últimamente y cayó en la cuenta. La había dejado por una Diosa. Aún así, Miho seguía siendo una chica espectacular y muy agradable y simpática, y según había oído, con una mente realmente prodigiosa.



—No eres la única que lo piensa así. Bueno, ¿qué tal?—le preguntó él. Aquella chica le caía simpática.



—Bien, por aquí, ya ves, en busca de unos papeles. ¿Y tú?



—Bah, lo de siempre. A veces todo resulta un poco cansino.



Al salir del banco, Máscara de la Muerte se dio cuenta de dos cosas. Una, aquella chica cambiada le caía genial. Y dos, Seiya era realmente estúpido.

Angels. Normativa de los licántropos.

¡Hi! Para tod@s aquell@s que sigáis Angels, os dejo por aquí la normativa de los licántropos. ¡Espero que os ayude a comprender mejor al clan de Livia, Nora, Yunia y Aurora!




Normativa de los licántropos:

1-Acatar siempre las órdenes de la Princesa de los Lobos.

2-En caso de que la Princesa no pueda asumir el mandato del clan, la Emperatriz de los Lobos debe ocupar su puesto.

3-En el caso de que la Emperatriz no pueda asumir su responsabilidad como tal, debe ocupar su puesto una de las Amas de los Lobos.

4-En el caso de que una o ambas Amas de los Lobos no pueda cumplir su liderazgo como tal, las mejores luchadoras del clan deben ocupar sus puestos. Estando permitida en este caso una pelea a muerte entre las candidatas.

5-Cualquier Señor o Señora de los Lobos puede retar a la Princesa de los Lobos, a la Emperatriz de los Lobos, a la Ama Negra de los Lobos o a la Ama Blanca de los Lobos a un combate por ocupar su puesto en el clan. Este combate solo puede finalizar cuando uno de los dos licántropos muera o cuando uno de ellos reconozca su derrota y abandone para siempre el clan.

6-Está totalmente prohibido desvelarle nada sobre los licántropos a un humano o humana que no sea de fiar. Así mismo también está prohibido desvelárselo a algún medio de comunicación o expandirlo a un gran número de humanos, solo hay una excepción a esta normativa en lo referente a un gran número de humanos, que sean un grupo de protectores de alguna reencarnación de Dios o Diosa, en ese caso el clan entero (incluyendo a la Princesa) debe ponerse a su disposición.

7-Siempre debe quedar algún jefe en el clan, de lo contrario la supervivencia del grupo estaría en serio peligro.

8-La Princesa de los Lobos debe ser siempre mujer, sin excepciones.

9-La Emperatriz de los Lobos debe ser siempre mujer, sin excepciones.

10-Las dos Amas de los Lobos deben ser siempre mujeres, sin excepciones.

11-Ninguna superiora del clan puede negar un reto.

12-La ganadora del reto es definitiva, no se admiten revanchas, venganzas o reclamaciones de lo contrario por parte del clan.

13-La perdedora del reto, en el caso de seguir viva, debe abandonar para siempre el clan y no pisar el territorio del mismo.

14-La Princesa de los Lobos siempre tiene que anteponer las necesidades de su clan a las suyas propias, de lo contrario será expulsada del cargo y de su clan.

15-Las relaciones están permitidas entre licántropos y humanos o licántropos y licántropos. En el caso de que todo el clan coincida en que la pareja de la Princesa de los Lobos sea un inconveniente para el clan, este debe liquidarlo.

16-La ordenes de una reencarnación de Dios o Diosa deben ser acatadas por todo el clan, el licántropo que no cumpla esta orden debe ser liquidado.

17-Norma exclusiva para el clan de la Princesa de los Lobos Livia.La Joya del Alma es totalmente sagrada, cualquiera que la intente sacar del territorio debe ser liquidado por la mismísima Princesa de los Lobos.

18-Está totalmente prohibido aceptar cualquier tipo de chantaje que pueda afectar al clan. En el caso de que exista algún chantaje debe ser negado inmediatamente, aunque esto traiga consigo la muerte de algún miembro del clan o de alguna mandataria.

19-Las peleas entre clanes están permitidas.

20-En estas peleas está prohibido totalmente tomar rehenes, cualquier miembro del clan liquidado que siga con vida debe tener el mismo destino que su clan.

21-Las alianzas entre clanes están permitidas.

22-No puede haber dos mandatarias del mismo rango en el mismo clan, la única excepción son las alianzas entre clanes, en las que las mandatarias deben ponerse de acuerdo siempre.

23-Cualquier miembro del clan que mate a otro de su mismo clan debe ser liquidado por la Princesa de los Lobos.

24-En el caso de quel asesino consiga huir, los demás clanes deben comprometerse a que si lo ven, liquidarlo.

25-Un licántropo nunca se puede rendir en una batalla.

26-Un licántropo nunca puede abandonar su clan sin el consentimiento de la Princesa de los Lobos.

27-Un clan nunca puede negar una batalla contra otro.

28-La intervención en un reto entre licántropos por parte de cualquier licántropo o humano está penada con la muerte del intervensor.

29-La Princesa de los Lobos debe ocuparse de cualquier niño o niña licántropo al que en esos momentos sus padres no puedan cuidar.

30-Intentar asesinar a una reencarnación de Dios o Diosa está penada con la muerte del asesino o asesino. En el caso de que el asesinato sea formulado por todo el clan, debe liquidarse al clan entero, sin excepciones.

31-Si alguien ayuda a un clan en caso de necesidad sin verse obligado a ello, el clan está obligado a ayudar a ayudar a esa persona o grupo de personas cuando este esté en apuros.

32-Norma exclusiva para el clan de la Princesa de los Lobos Livia. El clan entero nunca puede abandonar el territorio de la Joya del Alma, en caso de que el clan tenga que cumplir la norma número 31y necesite salir del territorio, un grupo entre el que debe estar una mandataria irá a cumplir la regla 31, mientras que el resto del clan se quedará en el territorio a proteger la Joya del Alma.

Cualquier incumplimiento de estas reglas está penado con la muerte.

Así mismo, todas las mandatarias de todos los clanes deben firmar y aceptar esta normativa.

Firmas:

Princesa de los Lobos Livia, firmado.

Emperatriz de los Lobos Aurora, firmado.

Ama Negra de los Lobos Nora, firmado.

Ama Blanca de los Lobos Yunia, firmado.

Princesa de los Lobos Aterya, firmado.

Emperatriz de los Lobos Irina, firmado.

Ama Negra de los Lobos Shay, firmado.

Ama Blanca de los Lobos Tanya, firmado.

Princesa de los Lobos Ariadne, firmado.

Emperatriz de los Lobos Niebla, firmado.

Ama Negra de los Lobos Eliah, firmado.

Ama Blanca de los Lobos Noah, firmado.

Princesa de los Lobos Nahir, firmado.

Emperatriz de los Lobos Lisa, firmado.

...

Angels. Capítulo 17

Angels.
Capítulo 17.
Nora POV. Dulce venganza.

Furia y dolor se mezclaban dentro de mí. Mis padres habían muerto en manos de ella, todo mi maravilloso mundo había caído por su culpa.

¿Por qué? ¿Por qué?


-¡¡Mami!! ¿Falta mucho para llegar? Mami...

-Nora, hija, tranquila, dentro de diez minutos llegaremos al zoo. Relájate.

-Humf... Está bien...

-Cariño, no te preocupes, si dejas de preguntar cuánto falta después te compraré un helado. Promesa de padre a hija. ¿Vale?

-¡Vale, papi! ¡Gracias!

No pregunto más. Llegamos al zoo. Lo pasamos bien, hasta a un guardia le caigo bien y me deja coger a una pitón. Mi madre mira a la serpiente horrorizada, a mi padre le hace gracia su expresión. Y yo disfrutaba como la niña de cinco años que era.

Otro recuerdo...

Estoy viendo en la tele unos dibujos animados. De repente comienza a llover, mi madre sale corriendo de casa a guardar la ropa. Demasiado tarde. La ropa está empapada y ella también.
Mi madre se enfada. Yo me levantó del sofá, apago la televisión y salgo fuera a junto de ella.

-¡Nora! ¿Qué haces? Cariño métete en casa que te vas a empapar.

-Mami, te vengo a ayudar a recoger.

-No, cielo, no. Rápido, ¡para casa! ¡Venga, antes de que te empapes y te resfries!

Siento un impulso. Algo me recorre. Quiero que deje de llover.

-Para.

-¿Qué? Nora, ¿con quién hablas?

-No hablo, mami, ordeno. Le estoy diciendo a la lluvia que pare.

Mi madre me mira con expresión sumamente extrañada.

Yo cierro los ojos, pienso en mi casa y en la lluvia. Digo mentalmente que pare. Pienso en mi casa y en un cielo despejado y con el sol dando justo en el tendal. Digo mentalmente que se cumpla.

Abro los ojos. Sucedió. La ropa comienza a secarse. El pelo rojo de mi madre se seca. Ambas nos secamos rápidamente gracias al calor.


¿Qué había hecho mal mis padres? ¿El qué? Encontré la respuesta.

Su único error había sido traer a la Angel Caída a este mundo. Su único error fui yo.

La culpa era mía, mía, mía...

Una fuerte oleada de dolor me golpeó y hundió con su fuerza. Sentía que casi no podía respirar.

Me estaba ahogando...

Ahogando en mi propio dolor. Dolor por la pérdida de mis padres, dolor por lo que le estaba sucediendo a Camus, dolor, pero ante todo, dolor de culpabilidad...

Bajo aquel manto de sufrimiento algo me arrastró hacia abajo...

Camus. Intenta decirme algo pero no encuentra palabras. Lo miro con curiosidad, creo saber lo que va a decirme. Quiero creer saberlo.
Me coge el rostro con suavidad me besa.
Dejo caer mis brazos alrededor de su cuello y me entrego a aquel beso apasionado que nadie relacionaria con él, el Señor de los Hielos. "No sabía que el hielo pudiera arder" pienso "bueno, pues avivemos más las llamas".
Nos separamos y nos sonreímos.
Le pregunto si volvemos.
Dice él entonces quella maravillosa frase:

-Vale. Bueno, ahora te diré lo que tenía pensado. Nora, te amo.

Estoy a punto de echarme a llorar, nunca antes me había sentido tan feliz.

-No te puedes ni imaginar lo que yo a ti. Eres lo mejor que me ha pasado, Camus. Ojalá nos hubiéramos conocido antes.- respondo yo.

-Sí, ángel mío, sí.

Volvemos a la mansión, me ama, le amo.

Camus. Sus labios sobre los míos, y esa sensación... Todo se desvanece a nuestro alrededor, solo nosotros, solo él...
Él, solo él...
Su pelo, sus labios y, por último, sus ojos... Aquel azul en en el que me perdía... Aquel mar propio de belleza azul en el que adentrabas y que luego te arrastraba hasta el fondo con sus corrientes... Y luego no podías volver a la superficie...

Pero entonces... Camus apareció nuevamente en mi mente, con un recuerdo no demasiado lejano...

-Entonces... ¿crees que la otra parte de la joya podría estar con ellos?

-No lo sé, Nora, el manuscrito es muy antiguo, pero tratándose de una secta de tanta importancia que además se guarrdaba en secreto es muy probable. Y que el documento estubiera en el mismo montón que los de la Joya del Apocalípsis da que pensar.-me responde Bella.

-¿No deberíamos informar a los demás?-le pregunto.

-No, es algo que solo Livia, Yunia-le costó pronunciar el nombre, y una sensación de tristeza nos invadió a ambas-, tú, yo, y a lo mucho Auri debemos conocer. Es una posibilidad...

-Muy remota... Tienes razón, es mejor dejarlo estar así hasta que estemos del todo seguras...

Callé de repente, había reconocido el cosmos que se acababa de acercar a la habitación en cualquier lado.

Bella sonríe.

-Traes a tu enamorado tras tus pasos...-acto seguido se echa a reír.

-Serás...-pero yo tampoco puedo superar la tentación y me sumo a sus risas.

Niego con la cabeza y salgo de la habitación. Sonrío en cuanto le veo un poco más allá y me acerco.

-Hola.

-Nora, tenemos que hablar.-me responde Camus secamente. ¿Hablar? ¿De qué? Pero... ,¿qué estaba mal? Mi sonrisa se va borrando hasta apagarse por completo.

-¿Qué pasa?-le pregunto, mi preocupación se dejaba notar.

-Se acabó.-No. No puede hablar en serio.

-¿Qué?-abro los ojos y retroced, asustada. Pero...

-Lo nuestro se acabó, Nora. Me he equivocado contigo.-me responde. ¿Por qué? ¿Por qué me deja? ¿Qué ha salido mal? ¿Qué he hecho mal? Dímelo, dímelo y cambiaré.

-Pero... ¿Por qué dices eso?-le pregunto.

Contengo las lágrimas.

-Eso tú ya deberías saberlo, tú y Cristian. ¿No?-su frialdad me traspasa.

Camus se da la vuelta y desaparece por los pasillos.

Me quedo inmóvil. Las lágrimas comienzan a fluir.

¿Por qué?¿Por qué? ¿Por qué así? ¿Por qué no una explicación? ¿Por qué esa última frase? ¿Cristian? ¿Qué tenía que ver él?

Cierro los ojos y siento como todo eso me traspasa, creando agujeros a su paso que causan dolor, mucho dolor... Y por último, su frialdad, su insesibilidad hacia mí atraviesa mi cuerpo como una daga y se clava en mi corazón. Este no puede soportar el hielo. Cae en pedazos silenciosamente en mi interior, mi interior vacío. Todo lo que estaba en el Camus se lo había llevado consigo...

Y sin embargo, me había salvado. Había aparecido y desvancado a Runa trasformada en él con el fin de que yo me dejase matar.

Runa...

Miré al enorme lobo color marrón-rojizo y al lobo gris apagado peleando, buscando el cuello del otro. Cuando Kat saltara trasformándose a través de la fisura del ataque, había comprendido perfectamente la estratagema de Runa.

Muerte era lo único que deseaba para la bruja.

Muerte era lo que le quería dar.

Mas esa no era mi historia, aquella era la venganza de Kat, y la cumpliría ella.

El lobo marrón-rojizo logró aferrar el cuello del gris apagado y desgarrandole la piel, lo lanzó de forma que salió volando unos metros. En cuanto tocó el suelo, el lobo gris apagado se levantó. Pero ya no había tanta seguridad en sus ojos.

La ira del otro lobo, la furia asesina de Kat, estaba totalmente liberada, y nadie la frenaría hasta que cumpliera su propósito...

Miré a Dartsa y a su sonrisa maquiavélica.

No, la culpa de la muerte de mis padres no era mía.

Era suya.

Aunque yo hubiera nacido, aunque mis padres criaran a la Angel Caída, no habrían muerto si Dartsa no existiera.

Ella había creado la ola gigante. Ella había creado su muerte. Ella los había asesinado.

E iba a pagar por ello.

Dartsa me miró fijamente, su sonrisa había desaparecido.

-Vas a morir, Caída.

Ella los había matado.

Ella.

La tenía delante de mí. Había matado a mis padres, había matado además a toda la gente que iba en el crucero, había estado a punto de matar a Linda, a Livia, a Kat, a Bella, y ahora Camus estaba al borde de la muerte por su culpa.

-¡Ring of the died!

Esquivé el ataque de Dartsa dando un potente salto.

Acababa de firmar su sentencia de muerte.

Por ti, mamá. Por ti, papá.

Eché las piernas ara atrás y di un salto mortal hacia atrás.

Estiré los brazos con las palmas hacia arriba.

-¡Armadura de la Angel Caída a mí!

Y impulsé mi cosmos todo lo que pude, creando una explosión en forma de honda que golpeó a Dartsa y la lanzó lejos.

Muerte era lo único que le deseaba.

Muerte era lo que le quería dar.

Muerte, eso era lo que le iba a dar.


Angels. Capítulo 16

Angels.
Capítulo 16.
Resurgido de nuevo.

Nora abrió los ojos de par en par por la sorpresa. Aquello era imposible. Relajó un poco la postura y frunció el ceño. Venga ya, pensó, esto parece una película de ciencia-ficción. Y es que, lo que Nora estaba viendo era, nada más y nada menos, que a dos Camus. El que la había atacado estaba en frente de ella, y el otro estaba un poco más alejado. El que la había atacado miró con cólera al recién llegado que lo miraba con recelo y duda.

-¿Quién eres, impostor?-le preguntó el primero al segundo con tanta rabia que parecía que más que hablar escupía las palabras.

-¿¡Qué!?-soltó el otro fríamente.

El primero abanzó un paso hacia el segundo con aire amenazador.

Nora retrocedió un paso, pero Dartsa, que hasta ese momento parecía haberse olvidado de la Angel Caída para centrar su atención en los dos Camus, la miró fijamente.

La mirada de la Angel se envenenó y contempló con rabia a la asesina de sus padres. Esta tenía el pelo naranja intenso por la cintura, los ojos marrones y una piel inmensamente pálida, era alta y atlética y tenía treinta y cinco años.

-Tú...-susurró Nora con un odio enorme que nadie se habría imaginado que podía albergarse en ella.

-Volvemos a vernos las caras, Caída.-le respondió Dartsa con el mismo tono de voz.

Dartsa echó una pierna para atrás y convirtiendo las manos en puños, agachó una rodilla. Esta comenzó a aumentar su cosmos, preparando su ataque. Pero cuando parecía que iba a ejecutarlo, murmuró unas palabras y se desvaneció en el aire.

El primer Camus se giró inmediatamente y miró a la Angel.

-La orden sigue en pie.-dijo solamente.

Nora, cuyo cosmos crecía muy lentamente, tanto que casi no se podía notara, lo miró en el momento justo para ver como la atacaba.






Bella lo supo en el momento exacto en que Dartsa pisó su templo. A cada paso que daba la Amazona Negra, su templo iba volviéndose negro, consumido por la oscuridad. La sacerdotisa sufrió un escalofrío y el miedo comenzó a fluír por su sangre, empapando su ser. Era muy poderosa, pero solo como sacerdotisa, contra alguien como Dartsa nada podía hacer.
La sacerdotisa oía cada vez más fuerte el sonido de su muerte a cada paso que la Amazona Negra daba hacia ella.





Shaka miró a su alrededor, después de la muerte de Cristian y de que se apagara el sentencial susurro, todo nuevamente se había vuelto negro. Ya ni siquiera estaba seguro de encontrarse en su templo. Entonces, se le ocurrió una idea para avisar a Atenea y a Artemisa que quizá diera resultado. Una idea que podría salvar a Bella si las Diosas entendía su significado.
El Santo de Oro de Virgo cogió su rosario y se lo arrancó del cuello, rompiéndolo de forma que un par de bolitas saltaron al suelo con un ruído sordo. Sujetando el rosario apretándolo contra la mano con el dedo pulgar, levantó la otra y se cortó la palma de la que sujetaba el rosario. La sangre comenzó a fluír y pronto empapó completamente el rosario. Entonces, concentró su cosmos al máximo y, sin saber como, durante un segundo adquirió la misma cualidad que el Santo de Oro de Aries, y el rosario desapareció.




Saori y Linda miraron atónitas como aparecía ante sus ojos un rosario. Atenea lo recogió antes de que llegara al suelo y, cuando se levantó y abrió las manos que lo habían recogido para mirarlo más detenidamente, miró que tenía las manos empapadas de sangre y que esta goteaba entre sus dedos. Una sangre que venía con el rosario.

-Shaka.-entendió Saori.

-¿Qué pretende decirnos con esto?-inquirió Linda.

Afrodita se acercó a ellas y contempló el rosario.

-Puede querer deciros que algo importante... No, alguien importantese encuentra el peligro.-dijo Afrodita demostrando una muy buena capacidad de descrifrar las cosas.

-¿Cómo?-empezó Linda.

-Ah ya veo, mira Ártemis, el rosario es algo muy valioso para él y el que lo haya roto y manchado de su sangre solo puede querer decir que alguien muy importante para él está en peligro...

-Oh.-dijo Linda comprendiendo lo que el Santo de Oro de Piscis y Atenea le quería decir. Pero, entonces, entendió quién era ese alguien importante. Bella.-Saori...

-Qu...-empezó la interpelada. Pero entonces, le tocó el turno de entender a ella.

-Ya es hora de desbaratar este ataque.-dijo Linda con una tétrica sonrisa.






Kat volvió a mirar a su alrededor, confusa. Aunque lo único que consiguió fue volver a descubrir que seguía sin ver nada. Frustrada, lanzó un gruñido entre dientes. El ataque la había aislado totalmente.

-¡Saga! ¡Nora! ¡Linda! ¿Alguien me oye?-gritó.

Pero su respuesta fue el mismo frío y solitario silencio que la llevaba acompañando todo el rato.

Suspiró con fuerza y se encontró con que estaba temblando. Hacía frío, mucho frío. Enseguida comenzó a tiritar, y, aunque se abrazó a sí misma intentando buscar alguna fuente de calor, le empezaron a castañetear los dientes.

Las piernas le flaquearon, y cayó de rodillas al suelo.






Nora miró fijamente al primer Camus con la cólera hirviendo en sus ojos verdes. Sin pensarselo dos veces, él la atacó.

-¡Diamond Dust!

La Angel esbozó una sonrisa maquiavélica. Y justo cuando el ataque estaba a un par de milímetros de su piel, una honda de fuego surgió de ella llevándose el atque por delante y deshaciéndolo.

-¿Cómo diablos has podido parar un ataque así?-exclamó sorprendido el primer Camus.

"¿Qué? Es imposible que no sepa cómo he parado su ataque. Camus lo sabría. Es más, sabría desde incluso antes de atacar que no lograría tocarme."pensó Nora.

La Angel clavó la mirada en el primer Camus.

Entonces, unas enormes plantas comenzaron a surgir del suelo y a entrelazarse en las piernas del primer Camus. Este hizo ademán de asestarle una patada a la planta para sacársela de encima, pero no podía mover la pierna.

-Ni has necesitado ver o decir algo... Ni siquiera concentrarte...-murmuró el atrapado- Me temo que te he subestimado.

La planta seguía creciendo y atrapándolo.

Desesperado, él intentó liberarse. Mas era incapaz.

Nora dio un paso atrás y se giró, dando por sentado que él nunca podría liberarse.

Pero el primer Camus encendió de golpe su cosmos y la planta estalló quemada.

-¡¡Freezing coffin!!-exclamó.

La chica giró la cara justo para verlo y solo tubo tiempo de cubrirse la mara con los brazos.

"Estoy perdida... Mierda... Cómo pude caer en una trampa tan burda... Camus" pensó la Angel mientras una única lágrima rodaba por su mejilla derecha.

-¡Aurora execution!

Nora apartó los brazos, sorprendida, y abrió los ojos para ver quién era su salvador.

El segundo Camus estaba delante de ella y acababa de atacar al primero.

-¿Qué...?-consigió articular ella.

-¿Quién eres, traidor, que te atreves a tomar mi forma?-le preguntó el segundo al primero.

El segundo abrió la boca para contestar, pero no pudo ni articular palabra.





Kat abrió los ojos y notó que la temperatura no era tan baja. Sintió que el ataque se debilitaba. Ante ella se abrió a su brecha bastante grande. Al otro lado, se encontraba Camus. Pero nada más verlo, se dio cuenta de la trampa.

Y el odio volvió a surgir en ella, un odio con el que ya se había encontrado unas semanas antes...





Camus (segundo) vio como saltaba el enorme lobo cobrizo hacia el primer Camus, y gracias a sus buenos reflejos, consigió apartar a Nora y a sí mismo.

La Angel cerró los ojos con fuerza al notar el impacto contra el suelo, cuando los abrió, se encontró a Camus encima suya con las manos apoyadas en el suelo a ambos lados de su cabeza.

-¿Estás bien?-le preguntó el Santo con preocupación.

-S...sí.-le respondió Nora.

En un principio, esta pensó que había sido una estupidez lo que Camus había hecho, pero ese pensamiento se borró rápidamente de su cabeza al ver que una lluvia de cristales había caído por todo el lugar, como si al resquebrajarse ligeramente el ataque se hubiera roto un inmenso espejo. Ningún pedazo de cristal había tocado a la Angel Caída gracias a que Camus los había tapado utilizando como escudo su propio cuerpo.

El Santo se apartó para un lado para dejar salir a Nora. Esta se apartó un poco para el lado contrario poniéndose de rodillas. A su lado, Camus se dejó caer estrepitosamente a su lado.

Nora observó con los ojos abiertos por la expectación los inmensos cristales que estaban clavados en la espalda de él. La mayoría no había llegado a clavarse en su cuerpo por la armadura, pero los dos más grandes habían atravesado su armadura.

-¡Camus! ¡Díos mío, qué diablos...!-exclamó la chica.

-No entiendo... cómo han podido... atravesar la armadura...-logró decir Camus entre jadeos.

-Quítate la armadura, voy a quitártelos.-le dijo con seriedad ella.

El Santo de oro de Acuario iba a replicarle algo, pero al ver el semblante serio de ella decidió hacerle caso. Cerró los ojos, y apenas unos segundos después, su armadura se desprendió de él y se juntó colocándose a un par de metros de ellos.

Inclinándose sobre él, Nora observó con cautela la espalda desnuda del Santo, donde dos cristales de un color negro de aspecto fúnebre sobresalían. La chica frunció el ceño.

-¿Camus?-lo llamó.

-¿Qu... qué?-cada vez le faltaban más fuerzas al Santo.

-Te está absorviendo tu energía. Voy a intentar arrancártelos, pero...

-Pero... ¿qué?

-La herida es demasiado grande...

-Hazlo.-le respondió con rotundencia Camus.

-Podrías desangrarte.-la duda sobre qué hacer asomaba a los ojos verdes de ella.

-Soy un Santo de oro de Atenea, Nora, podré con ello.

La Angel apretó los dientes. Dartsa se la había jugado, y bien. Primero, aquella persona disfrazada de Camus que la había atacado, engañándola, y después, aquello. "No, Dartsa, las vas a pagar todas juntas."pensó. Fijó la vista en el cristal más grande de los dos, estaba clavado en una diagonal hacia la derecha desde la parte superior de la espalda de Camus. El cristal se estaba empezando a teñir de rojo a causa de la sangre. Cogió el cristal con una mano mientras apoyaba la otra en el brazo de él para infundirle apoyo y tiró del cristal. Este le lanzó una descargar que hizo que soltara un alarido y retirara la mano. Se había undido más.

-Es... como las... flecha... que estubo... a punto de... matar... a Saori...-dijo Camus.-Cuanto... más la... intentes arrancar... más... se... clava...

Miró a los ojos a la chica. Esta mantenía la vista clavada en la espalda de él con los ojos entrecerrados, pero al notar que la miraba dirigió sus ojos verdes a los azules de él.

La tristeza, el odio y el cariño se mezclaba en las miradas de ambos. Los tres sentimientos por razones bien distintas entre sí pero identicas entre ambas miradas. Tristeza, por el sufrimiento de él, odio hacia sus enemigas, y cariño por ella, por parte de él, y por él, por parte de ella.

-Va a salir, sí o sí.-dijo secamente ella.

-No... Solo te harás daño... Déjalo...

-Camus, si no te los quitamos te matarán.

-Y si los quitas te mataran a tí.-le replicó el caballero.

Nora cerró los ojos, llenos de lágrimas.

-No, Camus. Me da igual lo que me pase, vas a sobrevivir...

-Nora...-murmuró él.

Pero entonces, una risa esquizofrénica sonó a sus espaldas.

Nora se volteó a mirar a quién se atrevía a reirse de aquello.

Dartsa.

-Aguanta...-le murmuró Nora a Camus.

Entonces, se levantó con firmeza y se giró para quedar frente a frente con la amazona negra.

-Ais... Qué bonito. Lástima que no vaya a sobrevivir, ¿verdad?-dijo con voz tétrica Dartsa.

-Dartsa... Prepárate.-la cortó Nora con voz fúnebre.

Angels. Capítulo 15

Angels.
Capítulo 15.
El pasado de Nora.

El hielo se rompió y Nora se llevó las manos a la cabeza y gritando, cayó de rodillas al suelo.

Estaba bajo el mar, y se veía el casco de un crucero enorme. Nora asomó la cabeza por encima del agua y vio a una niña de cinco años, pelo rojo fuego e increíbles ojazos verdes que jugaba en la cubierta. Corría y reía sin parar. Nora se sorprendió al verse a sí misma de pequeña, pero se dio cuenta de que Dartsa había cambiado un poco el ataque del caballero Fénix para que Nora viera su pasado desde otra perspectiva. La Angel Caída se fijó entonces en que alguien corría detrás de la niña riendo, era un hombre de unos treinta años y sonreía, feliz. No tenía rostro. Una risa cantarina llamó la atención de Nora, una mujer de la edad del hombre de pelo rojo fuego observaba la escena con felicidad, ella tampoco tenía rostro. La Angel Caída vio entonces a una mujer de veinte años, Dartsa, debajo del agua. Formaba extrañas figuras con los brazos y entonces, atacó al fondo del mar. En este se abrió una brecha que formó un terremoto. Y el tsunami provocado por este se comió el barco. La niña de seis años nadó con todas sus fuerzas hacia fuera y consiguió salir del agua, para ver los cadáveres de sus padres flotando más adelante...

Nora chilló de nuevo con todas sus fuerzas. Sentía punzadas increíbles de dolor en el pecho y las lágrimas le habían nublado la vista. La Angel no pudo con aquel dolor psicológico y con otro alarido cayó al suelo.

"Culpa mía, culpa mía, culpa mía..." resonaban las palabras en su mente.

Nora se intentó levantar, diciéndose que era una Angel y que no podía dejarse vencer por un simple ataque modificado de un caballero de bronce, por muy fuerte que fuese. Era una de las humanas más poderosas del planeta, tenía que pelear y vencer.

Pero al levantarse los pocos pedazos de su corazón que quedaban en pie se desmoronaron.

Camus la observaba fríamente, sin la más leve mueca en su rostro.

-Mátala.-le ordenó Dartsa al caballero alejándose para dejarle terreno libre.

Camus asintió con la cabeza.

Y entonces, ejecutó la Aurora execution.

Nora podría haberse apartado y esquivado perfectamente el ataque. Pero no se movió. Y el ataque le alcanzó de pleno. Pelearía contra cualquiera, menos contra él. No le iba a matar, no, aunque podía hacerlo si se empeñaba y daba todo de sí misma, pero no.


En otro lugar...

Camus abrió los ojos. Estaba sentado en el suelo, por lo que se levantó inmediatamente. ¿Qué estaba pasando ahí?

Entonces, oyó aquel alarido desgarrador.

Miró a su alrededor, pero no había nadie a parte de él.

Sin embargo, los oía como si la persona que gritase estubiera a su lado.

"Nora"le dijo una vocecita en su interior.

Él la había visto con Cristian, besándose, como coloquialmente se dice poniéndole los cuernos y sin embargo ella había reaccionado como si realmente no sabiera de que estaba hablándole.

Quizás, solo quizás... Quizás no era ella...

"Da igual, a pesar de si me ha engañado o no la sigo amando y por mucho daño que me haga si esos gritos tan horrorosos son de ella no puedo permitir que siga así la cosa."pensó él.

Corrió todo lo rápido que podía dejándose guiar por su instinto, y cuando llegó, no podía creerse lo que estaba viendo.

Nora yacía en el suelo, inconsciente y pálida, muy pero que muy pálida. Estaba prácticamente congelada.

-¡Nora!-exclamó él corriendo hacia la Angel con el corazón en un puño.

La cogió por los hombros y la sacudió para despertarla, pero entonces, vio a alguien totalmente inesperado. Camus se apartó de Nora y se alejó de ella para poder atacar a su contrincante si fuera necesario sin dañarla.



Nora abrió los ojos, se encontraba tirada en el suelo. Se levantó y vio a su alrededor, todo estaba negro, tan negro que no veía nada. Dio un par de pasos hacia delante, pero no había nada. Se concentró e intentó crear un anillo de fuego a su alrededor para ver. Pero algo muy extraño sucedió, el fuego no apareció. Era como si ya no pudiera controlarlo, como si perdiera el control sobre él. Preocupada, la Angel Caída volvió a concentrarse en crear esta vez una fuerte ola, mas sucedió lo mismo que con el fuego. Nora volvió a probar una y otra vez, intentando crear un terremoto, una montaña, un tornado, una tormenta, etc mas ninguno respondió. Había perdido su poder. La Angel abrió la boca para gritar y llamar a su armadura. Pero ni se acordaba de los movimientos recreando al sol con cientos de trazados rectos ni su voz salió. Asustada, se llevó la mano a la garganta e intentó hablar. Pero no podía hablar, era como si no tuviera cuerdas vocales. Es más, allí donde debían estar notaba un vacío en su lugar. Entonces, escuchó a la voz de Camus llamándola.
-Nora, Nora. Despierta, vamos. Nora, Nora. Por favor, Nora.
Sonaba muy suave, pero ahí estaba.
Y de pronto, una terrible risa resonó y tapó la voz del caballero de oro de Acuario.
Y todo empezó a dar vueltas.

Nora abrió los ojos repentinamente, en cuanto se acordó de dónde estaba, se levantó de un salto, adoptando una posición defensiva. Buscó con la mirada a Dartsa y Camus, y los encontró.

Al recibir el ataque de la Noche Eterna, Shaka había percibido un fuerte cosmos que venía desde su casa, así que se había precipitado a ella para ver quien estaba en su casa. Al llegar vio que en ella sí se veía, algo que era muy extraño. A su enemigo no se le debía de haber escapado ese detalle al atacar, por lo que alguien le estaba esperando.

Su sorpresa fue enorme al ver quien era.

Cristian.

Pero algo había cambiado en él, su cosmos era increíblemente fuerte, y se notaba en su físico.

-Ha llegado tu final, Shaka de Virgo.-le dijo Cristian preparándose para atacar.

Pilló por sorpresa a Shaka, pero el caballero de oro se decidió a pelear cuando vio que lo decía totalmente en serio.

-¡Tiniebla del infierno!-atacó Cristian.

Pero Shaka estaba atento y logró esquivar los golpes que Cristian le lanzaba mientras su ataque lo había vuelto todo oscuro.

-¡¡Tenbu horin!!

El ataque de Shaka acertó en Cristian, pero entonces el caballero de Virgo sintió un fuerte dolor en el estómago y al bajar la mirada, se encontraba conque tenía una daga negra clavada en él. Esta le había logrado atravesar la armadura.

-¿Cómo...?-empezó el caballero de oro, pero no tuvo tiempo de acabar la frase porque Cristian lo había vuelto a atacar.

Esta vez el casco de la armadura de oro de Virgo rodó por el suelo.

Cristian estaba peleando bien, pero atacaba un poco a la desesperada.

Enconces, Shaka lo entendió. Cristian no paraba de atacarle para que él no pudiera responderle con otro ataque, porque un segundo ataque vencería a Cristian.

Sin embargo, Shaka lo dejó pasar y sigió defendiéndose.

-¿Por qué, Cristian?-le preguntó Shaka mientras esquivaba otra daga.

-¿Acaso tengo que tener una razón?-le relicó este volviendo a atacar.

-No quiero matarte, Cristian.

-Pues yo a ti sí.

-¿Por qué? ¿Por Bella?-Shaka creía haber acertado, sin embargo la respuesta lo desconcertó.

-Bueno, podría decirse que sí. De todas maneras se va a negar igual.

Shaka apretó los puños.

-Así que supongo que después la mataré a ella.-acabó Cristian.

Shaka se quedó petrificado por la sorpresa. Pero esta rápidamente dio paso al odio.

Mas este fue un grave fallo que le costó una daga en el brazo izquierdo.

Shaka se la quitó rápidamente.

-No te atrevas a tocarla.-le dijo el santo de oro con ira.

-Tú no puedes impedírmelo.

La ira invadió totalmente al caballero de oro que cerró los ojos con furia.

Aprovechando esto, Cristian le atacó todo lo fuerte que podía.

Mas cuando la daga estaba a un centímetro de atravesar la armadura de Shaka y con ella su corazón, este abrió los ojos. Con una mano agarró la daga y la lanzó lejos, mientras le dio un rodillazo en el estómago a su contrincante, que cayó de rodillas de dolor.

-Tenía pensado perdonarte la vida, Cristian, pero eso ahora nunca pasará.-le dijo Shaka.

En cuanto Cristian consigió levantarse, recibió el Riku dorin ne de Shaka.

El atacado cayó inerte al suelo, pero un susurró sonó en el aire, era una voz femenina pero teñida de maldad.

-Demasiado tarde... Cumplió con su parte... Ahora yo cumpliré la mía...

-¿¡Qué!?-exclamó Shaka mirando a su alrededor. Pero el terrible cosmos se había marchado cuan temprano había llegado.-Bella...-susurró. El caballero sintió un escalofrío.

Entonces, comprendió aquellas palabras.

-Oh, no. ¡No!




Kartsa se paró delante de la base científica y contempló, con ira, como Yunia ya no se encontraba allí. Con un grito de frustración, dio media vuelta y echó a correr. La Angel Torturada nuevamente había logrado lo que quería, ya que, si Yunia no se hubiera alejado del Santuario y de las personas que en él habitaban, Dartsa habría efectuado el plan que tenía planeado. Una muerte lenta y dolorosa para Atenea, Artemisa, y todos los caballeros y demás que a ellas protegían.





Yunia frenó en seco y contempló a su alrededor. Se encontraba en el aeropuerto en el que había dejado su coche. La Angel Torturada se llevó una mano al cuello, estaba tan cansada que parecía que su corazón se quisiera salir de las venas por la fuerza con la que latía. Era la primera vez en su vida en la que estaba echa polvo, nunca jamás había corrido a su velocidad máxima.
La Angel buscó con la mirada a su coche, y lo hayó dónde lo había dejado. Recordó cómo un guardia de seguridad le había hecho saber que no podía dejar el coche aparcado ahí todo el tiempo que ella quisiera, y cómo un fajo de billetes le había echo cambiar de parecer repentinamente.
Sacó las llaves del coche de su bolsillo derecho (lo único que había cogido de la base científica), abrió su Aston Martin, y se subió rápidamente a él.
Una vez dentro del coche, se dio un minuto para descansar, se secó las perladas gotas de sudor de su frente con el reverso de la mano y pisó el acelerador.





Saori miró a su alrededor. Su mirada se posó en Linda, la cual se encontraba a su lado. Cuando fueran atacados con la Noche Eterna, Shion en el último momento había logrado abrir una barrera que protegiera unos treinta metros en redondo a su alrededor. El grupito que había resultado indemne eran el propio Shion, Saori, Linda, Afrodita, Máscara de la Muerte y Shura. A pesar de no haber recibido el ataque, solo veían hasta donde la barrera había llegado, a partir de ese trecho todo estaba negro.

La resistencia del ataque se hizo más floja por lo que todos dedujeron que Dartsa estaba ocupada. Pero... ¿con qué?

O mas bien, ¿con quién?

Angels. Capítulo 14

Angels.
Capítulo 14.
El ataque de la Noche Eterna.

Dos semanas después...

Nora estaba sentada con las piernas flexionadas delante de la estatua de Atenea. La Angel se abrazó las piernas y apoyó la espalda en la estatua, mirando con aspecto crítico el cielo. Por encima de sus cabezas, una fuerte e inquietante tormenta amenazaba con destruir el estado de calma-tensión que había en esos momentos en el Santuario y transformarlo en un caos. La pelirroja cerró los ojos y se concentró en el cielo.

Nora visualizó el estado del cielo en esos momentos con todos y cada uno de sus detalles. Después de tener la imagen muy clara, la fue disipando poco a poco para convertirla en la imagen de la tormenta que debería descargarse sobre ellos y formó una orden clara y directa en su mente: "No". Finalmente visualizó un cielo despejado, con el sol dando fuertemente e iluminando el Santuario. Un cielo perfecto, bonito, caluroso. Un cielo perfecto para descubrir al enemigo en cuanto diera un paso en su dirección.

La joven abrió los ojos y vio que sobre sus cabezas, estaba el último cielo que había visualizado.

Sonrió, pero fue una sonrisa triste y desvaída. Sonrisa de alguien a quien han dañado en lo más hondo, de alguien con el corazón hecho pedazos que solo la misma persona que había exparcido podía volver a juntar. Y esa persona había dejado muy claro que no tenía intención ninguna de juntar los pedazos del corazón de la Angel Caída.

Dos lágrimas rodaron por sus mejillas, y la chica las limpió inmediatamente con el reverso de su mano.

Si perdía la calma, la tormenta se desataría y en el desconcierto que crearía su descarga los enemigos podían atacar y pillarlos con la retaguardia baja.

La chica sacudió la cabeza y su melena roja se agitó y cayó sobre sus hombros, resaltando aún más su bello rostro.

Nora no podía dejarse llevar por sus sentimientos, no podía. Tenía que controlar la situación todo lo posible. Al máximo.

Pero era demasiado difícil.

Un gran lobo marrón-rojizo se acercó a ella y se sentó a su lado.

La Angel lo miró fijamente mientras se metarfoseaba en una joven de veintiocho años, de buen cuerpo, pelo castaño y ojos verdes muy guapa.

-¿Te encuentras bien?-le preguntó Katrina.

Nora abrió la boca para contestar, pero no le salieron las palabras. Respiró hondo y consiguió murmurar algo.

-Sí, es solo que...-murmuró a duras penas.

La tristeza se agolpaba en su interior y le formaba un gran nudo en la garganta que disipaba malamente.

-Tranquila, encontrarás a alguien mejor.-la calmó Kat.

-¿Alguien mejor que un caballero de Atenea de oro? ¿Mejor que al hombre que amo? Lo dudo mucho. Ya fue un puro milagro que se fijara en mí, ¿cómo lo va ha hacer alguien mejor que él?

-Te tienes muy poco valorada, Nora.

-Me doy el valor que merezco.

Un rayo asomó al cielo y Nora se concentró hasta eliminarlo totalmente, a él y a sus congéneres.

De repente, la Angel Caída sintió un poderoso y oscuro cosmos. Se levantó de un salto, conocía aquel cosmos.

Hubo una extraña turbulencia en el aire, y cada vez se sentían más cosmos oscuros cerca.

Katrina se transformó y bajó las escaleras a la carrera, a su vez, Nora saltó y se subió a una de las columnas del Santuario. Desde su puesto miró a su alrededor, a lo lejos divisó unas sombras. Kartsa y Dartsa ya habían llegado.

No hizo falta que avisara, el cosmos de Shion aumentó de golpe y aumentó el poder de la barrera que cubría al Santuario.

La Angel sonrió de forma malévola. "Preparaos, queridas" pensó con maldad.

En ese mismo momento, la tormenta más fuerte jamás vista se precipitó sobre Grecia, sin atravesar la barrera del Santuario.

De un ágil y certero salto, la pelirroja bajó de la columna. Les iba a encantar su regalito de bienvenida.

Las figuras del fondo se pararon de golpe, y para sorpresa de todos, se disiparon poco a poco hasta desaparecer por completo.

Casi todos se relajaron al momento, la Angel lo notó, y corrió hacia la casa de Piscis, donde se estaban reuniendo todos. Shion ya estaba allí.

-No bajes la barrera. Álzala más, todo lo que puedas.-le dijo rápidamente Nora al Patriarca.

-¿Qué?-le preguntó sin comprender este.

-Hazlo, ya.-le respondió ella apresudaramente.

El Patriarca comenzó a hacer lo que le dijera, pero era demasiado tarde. Hubo otra turbulencia muchísimo más fuerte y un gran chasquido indicó que la barrera había caído.

-¿Nora qué está pasando?-le preguntó Linda a la chica muy preocupada.

-Ya están aquí.-le respondió la Angel Caída.

Entonces, sonó un golpe fuertísimo y todo se volvió oscuro.

Nora salió fuera de la casa y vio que el cielo tenía una densa capa de nubes negras.

-¿No estabas provocando una tormenta?-le preguntó Aioria, que estaba a su lado.

-Sí, no entiendo...-le respondió ella, pero entonces se dio cuenta de lo que estaba pasando.

Caballero y Angel compartieron una mirada.

-Hay que sacarlas de ahí.-dijo Aioria.

La chica asintió con la cabeza.

Ambos entraron a la carrera en la última casa.

-¡Salir de ahí, es una trampa!-exclamó el caballero de Leo.

-¿Qué?-preguntó Saori.

-La técnica psíquica de la Noche Eterna. Está atacando ya, dentro de poco no podremos mirar y estaremos todos separados.-le explicó Nora.

-¡El mismo ataque de cuando...!-empezó Linda.

-De cuando nos atacaron en Rusia.-acabó Nora.

-¿En Rusia?-preguntó Hyoga, sorprendido.

-Antes vivíamos allí, pero cuando nos atacaron destruyeron la mansión y nos mudamos para aquí, el mismo día en que nos conocimos.-dijo Nora.-Pero no hay tiempo para explicaciones, ¡venga!

Todos salieron a las prisas de la casa de Piscis, justo antes de que esta se derrumbara.

-¡Ah, mi casa!-exclamó el pobre Afrodita.

Entonces, todo su volvió oscuro...



Yunia cerró el libro en el que estaba investigando sobre la segunda parte de la Joya del Apocalispis, o la complementaria de la Joya del Alma. Tenía un extraño presentimiento.

Sentía que los que eran importantes para ella estaban en peligro.

Durante las dos semanas que llevaba en la abandonada base científica que había pertenecido a sus padres la chica se sentía tremendamente sola, y muchas noches se sorprendía a sí misma llorando por... Por Milo.

Una imagen golpeó fuertemente su mente, era ella, peleando contra Kartsa y a la vez protegiendo a Milo, que yacía prácticamente muerto en el suelo.

La última Higurashi olvidó al libro, a sus cosas, ... No cogió nada. Y cuando se quiso dar cuenta, ya estaba corriendo todo lo rápido que podía hacia Grecia.



Nora miró a su alrededor.

-¿Ártemis? ¿Atenea?-las llamó.

Pero nadie le respondió.

Entonces, vio que alguien se acercaba a ella.

Era una mujer de treinta y cuatro años, pelo verde brillante y ojos negros, sonreía malvadamente.

-Cuanto tiempo sin vernos... Déjame adivinar... Un par de meses como mucho sin empezamos a contar desde nuestro último encuentro. Y desde el primero... ¿Catorce años? Sí, catorce años.-dijo.

-Dartsa...-murmuró la Angel Caída.- ¿Catorce años?-preguntó Nora, frunciendo el ceño y adoptando una posición de ataque.

-Oh, venga ya. No creerías que la muerte de tus papás fue por una ola gigante normal y corriente, ¿verdad?

-¿¡Qué!?-Nora estaba estupefacta, ¿Dartsa había provocado la ola que matara a sus padres?

-Deja que te lo enseñe. El caballero Fénix está atacando en estos momentos a uno de mis caballeros con su Ho ogenma ken. ¿Qué te parece si hago que te dea a ti para que veas lo que pasó en realidad?

-¡Nunca, bruja!-exclamó Nora.

-Bueno...-dijo Dartsa sin perder su maquiavélica sonrisa, chasqueó los dedos y otra figura apareció como por arte de magia a su lado.

Era una figura baja, pero fue creciendo poco a poco hasta que se formó por completo.

Era un hombre con una armadura dorada, de cabellera azul verdosa y ojos como el hielo.

Camus.

Aquello pilló por sorpresa a la Angel, lo cual fue un error porque esta acabó con las piernas congeladas.

Antes de que pudiera deshacer el hielo con su poder, Nora recibió el desviado ataque de Ikki.

Angels. Capítulo 13

Angels.
Capítulo 13.
Morriña.

Una de las figuras le correspondió a la sonrisa burlona.

-Ayúdanos.-le dijo la figura.

Cristian no sabía muy bien que hacer. Pero había algo que tenía bien claro, quería matar a Shaka de Virgo.

-¿No querías deshacerte del caballero de oro de Virgo?-le preguntó la otra figura.

-Sí.-le respondió casi automáticamente él.

-Muy bien. Pues ayúdanos. Solo tienes que hacer alog muy sencillo. Y luego podrás venir si quieres con nosotras y te concederemos el poder para matar a ese caballero.

Cristian dudó, pero al final aceptó la tentadora oferta.

-¿Qué es lo que tengo que hacer?-les preguntó a las dos figuras que por sus voces había deducido que eran mujeres, y que una era joven y otra adulta.

-Cuando llegue el momento te avisaremos. No te preocupes. Solo tienes que besarme cuando yo te lo diga.

Dicho esto, ambas figuras empezaron a perder nitidez, hasta que desaparecieron por completo. Cristian se quedó absorto. ¿Qué había sido eso? No lo sabía, pero tampoco le importaba demasiado. Solo sabía lo que quería saber, que dentro de poco podría matar a Shaka y quedarse para él solito a Bella...



Livia resolpló con furia bajo su forma lupina. No se podía creer lo que sus camaradas le estaban diciendo. Un gran, pero más pequeño que ella, lobo gris-plata se acercó a ella y le golpeó el flanco con el hocico para decirle que se relajara. Livia se sacó a su hermana de encima con un empujón y miró fijamente al emisario del clan del sur.

-Te la estás jugando.-le dijo la Princesa de los Lobos en idioma lobuna, es decir ladridos, gruñidos y aullidos.

-¿Vas a negarte?-le replicó el emisario con voz repelente.

Un lobo grande y adulto de color marrón-cobrizo le lanzó un gruñido. Esa era Kat.

-Dile a tu clan que se relaje.-le espetó el emisario. Este era un lobo enorme, mucho más grande que Kat y eso que ella es mucho mayor que él en edad, de color castaño y ojos negros.

-No tengo por qué. Además están en su pleno derecho de mostrar su opinión. Y además, ¿se puede saber quién diablos te crees tú para darme órdenes a mí?-le replicó Livia.

La Princesa de los Lobos prontó deseó haber cerrado la boca. El mensaje de la Princesa de los Lobos del clan del sur la había puesto de los nervios.

Pero el emisario no le replicó, esperaba una respuesta.

-Acepto. Pero el desafío no se hará hasta dentro de un tiempo. Cuando quiera que se celebré os avisaré.-dijo Livia.

-¿Cómo se yo que no tienes miedo de batirte contra mi señora?-le preguntó el emisario en un tono de voz irónico.

Livia le lanzó tal gruñido que lo hizo caer sobre sus cuartos traseros.

El emisario no dijo nada, miró fijamente a Livia unos segundos y luego, de forma cuidadosa, se levantó y se fue.

-Con todo lo que está sucediendo y esa estúpida te reta...-murmuró Will.

-¡William! Modera ese vocabulario.-le reprendió su hermana.

-Está bien, Kat. Pero tengo razón, y lo sabes.-le replicó el chico.

Livia se sentó mientras, su cabeza lobuna se ladeaba en signo de que se encontraba profundamente sumida en sus asuntos.

-Entonces, Princesa. ¿Hacemos así?-le preguntó un hombre del clan a la chica.

-Sí. Voi a avisar al caballero de Aries de que venga a buscarnos.-le respondió ella levantándose y caminando lentamente hacia la casa de Kat y Will.

Parecía triste. No, directamente estaba triste. Y solo los adultos del clan lo sabían.
Livia había aceptado el reto de la Princesa de los Lobos del sur, de Elsa. La poderosa Elsa, quizá el poder psíquico y espiritual de esta fuera bastante menor al de Livia, pero la fuerza física de Elsa era mundialmente conocida entre todos los clanes de licántropos del planeta.
Livia era hábil y rápida, pero no demasiado fuerte. Además su altura no contribuía a aumentar ese factor, la fuerza física. Sus posibilidades eran mínimas, por no decir imposibles. Lo más probable era que no pasara ese reto. Pero, ¿acaso tenía otra opción? Negar un reto suponía el destierro... Y el destierro significaba la muerte a manos de Elsa para Livia.

Tenía que ganar ese reto.

Porque si no lo ganaba, Elsa mandaría en su clan. Y lo primero que haría sería mandar matar a Aurora, Will y Kat.

Livia se juró a sí misma que ganaría el reto o moriría en él, pero que no se daría por derrotada, nunca.

La chica se transformó de nuevo en humana y entró en la mansión. Fue a su habitación y cogió su móvil y llamó a Mu.

-¿Ya está hecho el grupo que quiere venir?-le preguntó directamente el caballero nada más contestar.

Livia sonrió para sus adentros, en otra ocasión su charla con Mu sería mucho más larga y entretenida, pero por la voz del Santo la chica dedujo que no estaba solo.

-Sí.-le respondió la chica. Livia pegó un silencioso respingo. Su voz había sonado triste.

-Vale, voy para allá.-dijo él y después, colgó.

Livia guardó el móvil en su bolsillo y fue para el salón de la casa, donde sabía que Mu iba a hacer su aparición.

Cuando el Santo se teletransportó, se encontró que Livia lo esperaba de pié apoyada en el marco de la puerta del salón. La expresión de ella era triste, a pesar de todos los esfuerzos por parte de la chica por intentar que no se notara.

Mu se acercó rápidamente a ella y le cogió las manos.

-¿Estás bien?-le preguntó él.

Livia apartó la cara. No le gustaba mentir, y mucho menos mentirle a él. Pero aún así no estaba segura de querer que él lo supiera.

-Emmm... Bueno...-empezó Livia. No estaba segura de decírselo. De repente, se le ocurrió algo para decirle que además no le haría sentirse tan mal porque no era del todo mentira.-No me saludas ni nada...

-Oh, perdona. Hola.-le dijo él sonriente. Pero la expresión de ella no cambió.-Lo siento, es que Shura estaba cerca y podía oír algo.

Livia esbozó una sonrisa triste y volvió a apartar la cara, intentando que su tristeza no se notara. Pero no era capaz.

Él le soltó las manos y la miró fijamente.

-Ahora podemos considararnos una pareja, ¿no?-le preguntó el caballero.

Livia lo miró fijamente y abrió los ojos como platos. La había pillado totalmente.

-No sé. No creo que hayamos llegado aún a ese punto.-le replicó ella, pícara.

Mu la cogió por la cara y la atrajo hacia sí, alejándola de la puerta. Y entonces, la besó apasionadamente.

Livia se quedó aún más pillada, pero lo siguió.

El caballero se separó entonces de ella y la miró fijamente, esperando una respuesta.

-Supongo que sí.-le dijo la chica.

-Lo suponía.-dijo él.

Livia se separó de él y empezó a caminar hacia fuera, le cogió de la mano y tiró de él.

-Vamos.-le dijo ella.



Camus se encontraba caminando por uno los pasillos cuando vio más adelante a dos personas. Se apoyó contra la pared y permaneció en silencio. Prontó oyó hablar a las dos personas.

-Pero, guapa. ¿Tú no estabas con esto... Camus?-oyó preguntar a un hombre. Era Cristian.

-Bah... Camus. ¿Qué importa él? Ahora estamos tú y yo.-oyó decir a una voz femenina.

Una voz femenina que conocía muy bien.

"No, no puede ser ella, no, ella no." pensó Camus.

Pero al asomarse, vio claramente que era Nora.

Y se estaba besando con Cristian.

El Santo de oro de Acuario cerró con fuerza los ojos y los puños. Sintiendo que su corazón se rompía en pedazos.

Nora era a la única chica a la que había amado, y ahora...

Le había puesto los cuernos, y con el Cristian además.

Camus no se lo podía creer.

Concentró todos sus sentidos en Nora, y descubrió que realmente era ella.

Sigilosamente se fue de allí sin que los otros dos lo vieran.



Cristian se apartó de ella y sonrió.

-¿Ves cómo no era tan difícil?-le preguntó la chica.

-No, ha sido muy fácil, aunque Camus me da un poco de pena.

La chica le dio un bofetón.

Dolorido, Cristian se llevó la mano a la mejilla.

-Si quieres matar a Shaka, nunca más dirás cosas como esa. ¿Me he explicado con claridad?-le dijo ella con voz dura.

-Sí, mi señora Dartsa.

-Está bien.-dijo ella.-Runa, vuelve a darme mi apariencia real.

Entonces, al lado de la chica con la apariencia de Nora, se materializó Runa, envuelta en una capa.

-Sí, mi señora.-dijo la bruja.

Dicho esto, murmuró unas extrañas palabras y la chica adoptó su verdadera forma, que no era para nada la de Nora.

-Vámonos.-dijo la chica. Acto seguido, Runa musitó otra vez unas extrañas palabras y los tres desaparecieron.



Camus vio que Nora salía de la habitación en la que Bella y ella estaban hablando. Fuera solo estaba él. La chica lo sintió rápidamente y sonriente se acerco a él.

-Hola.-le dijo ella, con una sonrisa en los labios.

-Nora, tenemos que hablar.-le respondió Camus secamente. La sonrisa de Nora se congeló al instante.

-¿Qué pasa?-le preguntó Nora, preocupada.

-Se acabó.

-¿Qué?-le preguntó Nora abriendo los ojos y retrocediendo un paso.

-Lo nuestro se acabó, Nora. Me he equivocado contigo.-le respondió Camus. Nora lo miró fijamente, sin saber que decir. Pero Camus parecía de hielo.

-Pero... ¿Por qué dices eso?-le preguntó Nora.

La chica contuvo las lágrimas.

-Eso tú ya deberías saberlo, tú y Cristian. ¿No?-le respondió él con frialdad.

Camus se dio la vuelta y se adentró por los pasillos.

Nora se quedó inmóvil. Las lágrimas comenzaron a fluir en sus preciosos ojos verdes como esmeraldas.

La pelirroja cerró con fuerza los ojos para frenar las lágrimas, se dio media vuelta y se fue a coger su coche para ir al Santuario. Pero no podía engañarse a si misma, tenía el corazón echo añicos totalmente.



Mientras, en otro lugar...

Yunia se frenó su carrera. Un gran sentimiento de morriña la invadió.

La vieja estación científica seguía estando igual que cuando la chica había huído de ella, segundos después de la muerte de sus padres.

El frío viento de la Antártida golpeó a Yunia.

La chica se abrazó a si misma para entrar en calos.

Antes de instalarse en la casa, la Angel Torturada decidió dar una vuelta por los alrededores de la casa.

Después del largo paseo, la chica abrió la puerta de la casa y entró en ella, teniendo cuidado de esquivar el helado charco de delante de la puerta. Yunia cerró la puerta con llave tras de sí y dejó al lado de la puerta la mochila.

Tras un velo de lágrimas, la chica se deslizó y quedó de rodillas apoyada contra la puerta.

Estaba de nuevo en la base científica, en su casa...