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miércoles, 14 de julio de 2010

Angels. Capítulo 15

Angels.
Capítulo 15.
El pasado de Nora.

El hielo se rompió y Nora se llevó las manos a la cabeza y gritando, cayó de rodillas al suelo.

Estaba bajo el mar, y se veía el casco de un crucero enorme. Nora asomó la cabeza por encima del agua y vio a una niña de cinco años, pelo rojo fuego e increíbles ojazos verdes que jugaba en la cubierta. Corría y reía sin parar. Nora se sorprendió al verse a sí misma de pequeña, pero se dio cuenta de que Dartsa había cambiado un poco el ataque del caballero Fénix para que Nora viera su pasado desde otra perspectiva. La Angel Caída se fijó entonces en que alguien corría detrás de la niña riendo, era un hombre de unos treinta años y sonreía, feliz. No tenía rostro. Una risa cantarina llamó la atención de Nora, una mujer de la edad del hombre de pelo rojo fuego observaba la escena con felicidad, ella tampoco tenía rostro. La Angel Caída vio entonces a una mujer de veinte años, Dartsa, debajo del agua. Formaba extrañas figuras con los brazos y entonces, atacó al fondo del mar. En este se abrió una brecha que formó un terremoto. Y el tsunami provocado por este se comió el barco. La niña de seis años nadó con todas sus fuerzas hacia fuera y consiguió salir del agua, para ver los cadáveres de sus padres flotando más adelante...

Nora chilló de nuevo con todas sus fuerzas. Sentía punzadas increíbles de dolor en el pecho y las lágrimas le habían nublado la vista. La Angel no pudo con aquel dolor psicológico y con otro alarido cayó al suelo.

"Culpa mía, culpa mía, culpa mía..." resonaban las palabras en su mente.

Nora se intentó levantar, diciéndose que era una Angel y que no podía dejarse vencer por un simple ataque modificado de un caballero de bronce, por muy fuerte que fuese. Era una de las humanas más poderosas del planeta, tenía que pelear y vencer.

Pero al levantarse los pocos pedazos de su corazón que quedaban en pie se desmoronaron.

Camus la observaba fríamente, sin la más leve mueca en su rostro.

-Mátala.-le ordenó Dartsa al caballero alejándose para dejarle terreno libre.

Camus asintió con la cabeza.

Y entonces, ejecutó la Aurora execution.

Nora podría haberse apartado y esquivado perfectamente el ataque. Pero no se movió. Y el ataque le alcanzó de pleno. Pelearía contra cualquiera, menos contra él. No le iba a matar, no, aunque podía hacerlo si se empeñaba y daba todo de sí misma, pero no.


En otro lugar...

Camus abrió los ojos. Estaba sentado en el suelo, por lo que se levantó inmediatamente. ¿Qué estaba pasando ahí?

Entonces, oyó aquel alarido desgarrador.

Miró a su alrededor, pero no había nadie a parte de él.

Sin embargo, los oía como si la persona que gritase estubiera a su lado.

"Nora"le dijo una vocecita en su interior.

Él la había visto con Cristian, besándose, como coloquialmente se dice poniéndole los cuernos y sin embargo ella había reaccionado como si realmente no sabiera de que estaba hablándole.

Quizás, solo quizás... Quizás no era ella...

"Da igual, a pesar de si me ha engañado o no la sigo amando y por mucho daño que me haga si esos gritos tan horrorosos son de ella no puedo permitir que siga así la cosa."pensó él.

Corrió todo lo rápido que podía dejándose guiar por su instinto, y cuando llegó, no podía creerse lo que estaba viendo.

Nora yacía en el suelo, inconsciente y pálida, muy pero que muy pálida. Estaba prácticamente congelada.

-¡Nora!-exclamó él corriendo hacia la Angel con el corazón en un puño.

La cogió por los hombros y la sacudió para despertarla, pero entonces, vio a alguien totalmente inesperado. Camus se apartó de Nora y se alejó de ella para poder atacar a su contrincante si fuera necesario sin dañarla.



Nora abrió los ojos, se encontraba tirada en el suelo. Se levantó y vio a su alrededor, todo estaba negro, tan negro que no veía nada. Dio un par de pasos hacia delante, pero no había nada. Se concentró e intentó crear un anillo de fuego a su alrededor para ver. Pero algo muy extraño sucedió, el fuego no apareció. Era como si ya no pudiera controlarlo, como si perdiera el control sobre él. Preocupada, la Angel Caída volvió a concentrarse en crear esta vez una fuerte ola, mas sucedió lo mismo que con el fuego. Nora volvió a probar una y otra vez, intentando crear un terremoto, una montaña, un tornado, una tormenta, etc mas ninguno respondió. Había perdido su poder. La Angel abrió la boca para gritar y llamar a su armadura. Pero ni se acordaba de los movimientos recreando al sol con cientos de trazados rectos ni su voz salió. Asustada, se llevó la mano a la garganta e intentó hablar. Pero no podía hablar, era como si no tuviera cuerdas vocales. Es más, allí donde debían estar notaba un vacío en su lugar. Entonces, escuchó a la voz de Camus llamándola.
-Nora, Nora. Despierta, vamos. Nora, Nora. Por favor, Nora.
Sonaba muy suave, pero ahí estaba.
Y de pronto, una terrible risa resonó y tapó la voz del caballero de oro de Acuario.
Y todo empezó a dar vueltas.

Nora abrió los ojos repentinamente, en cuanto se acordó de dónde estaba, se levantó de un salto, adoptando una posición defensiva. Buscó con la mirada a Dartsa y Camus, y los encontró.

Al recibir el ataque de la Noche Eterna, Shaka había percibido un fuerte cosmos que venía desde su casa, así que se había precipitado a ella para ver quien estaba en su casa. Al llegar vio que en ella sí se veía, algo que era muy extraño. A su enemigo no se le debía de haber escapado ese detalle al atacar, por lo que alguien le estaba esperando.

Su sorpresa fue enorme al ver quien era.

Cristian.

Pero algo había cambiado en él, su cosmos era increíblemente fuerte, y se notaba en su físico.

-Ha llegado tu final, Shaka de Virgo.-le dijo Cristian preparándose para atacar.

Pilló por sorpresa a Shaka, pero el caballero de oro se decidió a pelear cuando vio que lo decía totalmente en serio.

-¡Tiniebla del infierno!-atacó Cristian.

Pero Shaka estaba atento y logró esquivar los golpes que Cristian le lanzaba mientras su ataque lo había vuelto todo oscuro.

-¡¡Tenbu horin!!

El ataque de Shaka acertó en Cristian, pero entonces el caballero de Virgo sintió un fuerte dolor en el estómago y al bajar la mirada, se encontraba conque tenía una daga negra clavada en él. Esta le había logrado atravesar la armadura.

-¿Cómo...?-empezó el caballero de oro, pero no tuvo tiempo de acabar la frase porque Cristian lo había vuelto a atacar.

Esta vez el casco de la armadura de oro de Virgo rodó por el suelo.

Cristian estaba peleando bien, pero atacaba un poco a la desesperada.

Enconces, Shaka lo entendió. Cristian no paraba de atacarle para que él no pudiera responderle con otro ataque, porque un segundo ataque vencería a Cristian.

Sin embargo, Shaka lo dejó pasar y sigió defendiéndose.

-¿Por qué, Cristian?-le preguntó Shaka mientras esquivaba otra daga.

-¿Acaso tengo que tener una razón?-le relicó este volviendo a atacar.

-No quiero matarte, Cristian.

-Pues yo a ti sí.

-¿Por qué? ¿Por Bella?-Shaka creía haber acertado, sin embargo la respuesta lo desconcertó.

-Bueno, podría decirse que sí. De todas maneras se va a negar igual.

Shaka apretó los puños.

-Así que supongo que después la mataré a ella.-acabó Cristian.

Shaka se quedó petrificado por la sorpresa. Pero esta rápidamente dio paso al odio.

Mas este fue un grave fallo que le costó una daga en el brazo izquierdo.

Shaka se la quitó rápidamente.

-No te atrevas a tocarla.-le dijo el santo de oro con ira.

-Tú no puedes impedírmelo.

La ira invadió totalmente al caballero de oro que cerró los ojos con furia.

Aprovechando esto, Cristian le atacó todo lo fuerte que podía.

Mas cuando la daga estaba a un centímetro de atravesar la armadura de Shaka y con ella su corazón, este abrió los ojos. Con una mano agarró la daga y la lanzó lejos, mientras le dio un rodillazo en el estómago a su contrincante, que cayó de rodillas de dolor.

-Tenía pensado perdonarte la vida, Cristian, pero eso ahora nunca pasará.-le dijo Shaka.

En cuanto Cristian consigió levantarse, recibió el Riku dorin ne de Shaka.

El atacado cayó inerte al suelo, pero un susurró sonó en el aire, era una voz femenina pero teñida de maldad.

-Demasiado tarde... Cumplió con su parte... Ahora yo cumpliré la mía...

-¿¡Qué!?-exclamó Shaka mirando a su alrededor. Pero el terrible cosmos se había marchado cuan temprano había llegado.-Bella...-susurró. El caballero sintió un escalofrío.

Entonces, comprendió aquellas palabras.

-Oh, no. ¡No!




Kartsa se paró delante de la base científica y contempló, con ira, como Yunia ya no se encontraba allí. Con un grito de frustración, dio media vuelta y echó a correr. La Angel Torturada nuevamente había logrado lo que quería, ya que, si Yunia no se hubiera alejado del Santuario y de las personas que en él habitaban, Dartsa habría efectuado el plan que tenía planeado. Una muerte lenta y dolorosa para Atenea, Artemisa, y todos los caballeros y demás que a ellas protegían.





Yunia frenó en seco y contempló a su alrededor. Se encontraba en el aeropuerto en el que había dejado su coche. La Angel Torturada se llevó una mano al cuello, estaba tan cansada que parecía que su corazón se quisiera salir de las venas por la fuerza con la que latía. Era la primera vez en su vida en la que estaba echa polvo, nunca jamás había corrido a su velocidad máxima.
La Angel buscó con la mirada a su coche, y lo hayó dónde lo había dejado. Recordó cómo un guardia de seguridad le había hecho saber que no podía dejar el coche aparcado ahí todo el tiempo que ella quisiera, y cómo un fajo de billetes le había echo cambiar de parecer repentinamente.
Sacó las llaves del coche de su bolsillo derecho (lo único que había cogido de la base científica), abrió su Aston Martin, y se subió rápidamente a él.
Una vez dentro del coche, se dio un minuto para descansar, se secó las perladas gotas de sudor de su frente con el reverso de la mano y pisó el acelerador.





Saori miró a su alrededor. Su mirada se posó en Linda, la cual se encontraba a su lado. Cuando fueran atacados con la Noche Eterna, Shion en el último momento había logrado abrir una barrera que protegiera unos treinta metros en redondo a su alrededor. El grupito que había resultado indemne eran el propio Shion, Saori, Linda, Afrodita, Máscara de la Muerte y Shura. A pesar de no haber recibido el ataque, solo veían hasta donde la barrera había llegado, a partir de ese trecho todo estaba negro.

La resistencia del ataque se hizo más floja por lo que todos dedujeron que Dartsa estaba ocupada. Pero... ¿con qué?

O mas bien, ¿con quién?

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