¿Cuál es tu Santo de Oro favorito en Saint Seiya?

miércoles, 14 de julio de 2010

Angels. Capítulo 9

Angels.
Capítulo 9.
Un ente demasiado peligroso.

-¡¿Qué?!-exclamó todo el clan de "licántropos".

Livia se puso al lado de Yunia y tocó la Joya, sintió una pequeña descarga de energía pero se dio cuenta de que la Angel Torturada estaba en lo cierto. La Joya era verde como una esmeralda y tenía una figura ovalada. Pero no estaba completa, el lado derecho de la Joya era totalmente lisao, muestra de que había sido cortada por la mitad hacia muchos siglos.

-Entonces... ¿Qué hacemos? Está claro que no la podemos sacer de aquí ni destruirla.-dijo Camus.

-Hay que buscar su otra mitad y unirlas para luego destruirla.-contestó Atenea.

-Pero su otra mitad estará ligado a otro territorio.-dijo Shiryu.

-No necesariamente.-dijo Hyoga.-Esta mitad a desarroyado el poder de estar ligada a un territorio y sostenerlo, pero la otra mitad pudo desarroyar otro poder si la Joya del Alma se dividió antes de desarroyar alguna "cualidad".

-El Caballero del Cisne tiene razón.-dijo Aurora.-Lo más apropiado sería que una Diosa y algunos caballeros se quedaran aquí para ayudarnos a proteger la Joya y que los demás se vayan a investigar.

Todos los que estaban allí execto la Emperatriz de los Lobos y la Princesa de los Lobos pensaron lo mismo:"La inteligencia debe de ser cosa de familia, mirando a Livia y Aurora con lo listas que son".

-Cierto, pero...¿Y el Santuario?-preguntó Shion.-Alguien lo tendrá que cuidar, y no solo yo.

-Los caballeros de plata te ayudarán.-repondió Atenea.

-¿Cómo hacemos el reparto?-preguntó Shaka.

-Pues... Saori, Seiya, Hyoga, Mu, Shura, Saga y Kanon se quedan aquí, Yunia, Nora, Milo, Aldebarán, Aioria, Aioros y Máscara Mortal se vuelven a mi mansión a investigar en la biblioteca en los libros de profecias y Shaka, Afrodita, Camus, Dohko, Shiryu, Shun, Ikki y yo podríamos ir a junto Bella que ella seguro que sabe algo. Y mientras Shion podría ir al santuario.-dijo Linda.

Todos asintieron conformes. Aunque a Nora y Camus no le hacía mucha gracia el estar en grupos distintos, pero bueno, es lo que hay.

Mu teletransportó a los santos dorados al santuario para que cogieran sus cosas, luego teletransportó a Saori a su mansión para que hiciera su maleta (el pobre santo de Aries casi pierde los nervios devido a que su diosa tardaba increíblemente demasiado en meter cuatro conjuntos en la maleta, pero claro, la chica tiene que ir siempre bien conjuntada, por supuesto).Linda llamó a su Jet privado para que los llevara al templo de Bella, Atenea y su grupo se transladaron a la casa de Kat y Will que como era enorme había sitio para todos y el grupo que se iba para la mansión de Ártemis y las Angels se fueron en los deportivos de las Angels.

En el coche de Yunia iban ella, Aioria, Aioros y Milo(como no) en el asiento del copiloto. En el coche de Nora iban ella, Mása Mortal y Aldebarán en el asiento del copiloto.

En casa de las Angels, justo después de su llegada...
Los caballeros de oro estaban sacando sus maletas de los coches cuando se oyó un ladrido y un Yorksire Terrier se abalanzó sobre Nora que estaba abriendo la puerta. El perro empezó a saltar a su alrededor mientras los caballeros reían y Yunia desviaba la mirada para no reirse. Milo notó este detalle y clavó la mirada en la Angel Torturada que dejó escapar una leve sonrisa que desapareció tan rápido como había llegado.

Mlo frunció el ceño, ¿por qué Yunia siempre se mostraba tan fría? Parecía como si quisiera apartarse todo lo posible de los demás.

-Ay, Toby estate quieto.-le protestó Nora al perro poniéndole la mano en el hocico y obligándolo a sentarse.

El perro parecía molestó pero se aguantó y se quedó quetecito a regañadientes.

La Angel Caída entró dentro de la casa y todos la siguieron, aunque Yunia tubo la mala suerte de que Toby también estaba muy encariñado con ella (aunque parezca raro, cuando solo estaban el perro y la Angel Torturada esta le llenaba de mimos) y le saltó encima, manchándole de barro el pantalón pitillo y la camiseta larga de manga corta de color azulado a la Angel.

-¡Toby! ¡Mira lo que as hecho!-le regaño Yunia al perro-Bueno, no importa, para algo se inventaron las lavadoras. Pero, NO VUELVAS A SALTAR. ¿Entendido?

-Guau, guau guau.-le respondió Toby.

-¿¡Qué!?-exclamó Yunia.-Está bien, vete a la casa de tu querida.

Los caballeros de Atenea se quedaron con cara rara, ¿le estaba hablando al perro?

-Una de las características de la Angel Torturada es su capacidad de poder hablar con los animales, ¿ya se os había olvidado?-dijo Nora.

-Aahh... Es cierto.-dijeron todos los caballeros excepto Milo.

Sus compañeros le clavaron la mirada.

-¿Qué? Yo sí me acordaba.-dijo el caballero de oro de Escorpio.

-Me preguntó el por qué de acordarte.-masculló Máscara Mortal.

-Eso, eso.-dijeron Aioros, Aioria y Aldebarán.

-Porque tengo bueno memoria.-se excusó Milo mirando hacia el suelo y poniéndose colorado.

-Ya, ya.-dijo Aioria.

-Nadie te dice nada a ti de Marin, así que cerrar el pico.-dijo Milo.

Las Angels ya estaban en sus habitaciones mientras ellos discutían.

-¿Eh? ¿Y Nora y Yunia?-preguntó de pronto Aldebarán.

Como respondiendo a su respuesta, la Angel Caída apareció delante suya.

Se había cambiado de ropa, ahora llevaba un pantalón pirata de estos de baile en color verde y una camiseta blanca de manga corta con un dibujo muy simpático de una mariquita.

-¿Tan grande es la biblioteca?-preguntó Aioros mirando la ropa deportiva de la Angel.

-Y tanto. Es gigantesca. ¿No lo sabíais? Ah, claro, es cierto, vosotros no entrasteis en ella. Bueno, la vereis ahora.-respondió Nora.-Podeis ir dejando vuestras cosas en las habitaciones y luego vamos a la biblioteca.

-Cual es la habitación de cada uno.-preguntó Aldebarán.

-La que querais, mientras que cuando os vayais permanezca como están ahora me da igual y Yunia también.-dijo Nora encogiéndose de hombros.

-Vale-dijeron los caballeros al unísono.

Milo se pidió la primera habitación a la izquierda que estaba pegada a la de Yunia, Aioria fue para la priemera a la derecha, su hermano mayor fue para la contigüa y luego iban Máscara de la Muerte y Aldebarán. En frente de la habitación del santo de oro de Tauro estaba el baño y luego el pasillo torcía a la derecha.

Los caballeros se metieron en las habitaciones y empezaron a desempaquetar sus cosas.

Milo puso su maleta en el suelo y se dejó caer en la cama mientras le daba vueltas a las cosas mentalmente.

"Yunia... ¿Por qué te comportas así? No lo entiendo. ¿Por qué? Es como si quisieras apartarte de los demás. Como si quisieras llevar un vida totalmente antisocial. Entendería que me dijeras que no me quieres ni que no te gusto pero esto... No le encuentro sentido, ¿por qué quieres alejarte de los demás? Tú frialdad la podría entender si supiera tu pasado, seguramente... Pero tubo que ser muy doloroso para que seas tan fría pero aún así una cosa es ser fría y otra TAN increíblemente fría. Y seguramente no te imaginas lo doloroso que es para mí esto."pensó Milo. Cuando se dio cuenta estaba llorando. Se secó las lágrimas y sacudió la cabeza."No, no merece la pena. Si me trata así no merece la pena... ¡Por Zeus! ¿A quién pretendo engañar? La quiero, la amo... Y eso nunca cambiará. No lloraré, soy fuerte , no voy a llorar..."volvió a pensar el santo de oro de Escorpio. Las lágrimas cesaron y el caballero abrió su maleta y colocó rápidamente las cosas. Se asomó por la ventana y tomó aire. Una brisa fría le dio en la cara. Milo se alegró, aquella brisa acababa de borrar todaslas muestras de que había llorado. Cerró la ventana y se dirigió a la puerta para ir al pasillo cuando escuchó un suave y casi inaudible suspiro. Venía de la habitación de Yunia. Se acercó con sigilo a la ventana y miró por ella. La Angel Torturada estaba apoyada en el alfeizar de la ventana y el suave viento le movía el pelo. Miraba cabizbaja al alfeizar y tenía las manos apretadas con mucha fuerza, pero no tanta como para romper el alfeizar, aunque podía romperlo sin problemas si se lo proponía. A la chica le cayó una lágrima que fue a parar a su mano derecha, el caballero de Escorpio se quedó atónito, Yunia estaba llorando.¡Yunia estaba llorando! La Angel levantó la cabeza y la sacudió lévemento murmurando:

-No, no hay otra forma, le pondría en peligro.... Milo podría morir por mi culpa...

La Angel volvió a sacudir la cabeza y se apartó de la ventana cerrándola.


El caballero de Escorpio se quedó totalmente inmóvil, como si Argol lo hubiera petrificado, a causa de la sorpresa.

-Que... yo... podría... morir por... su...culpa...-musitó Milo.

"Si es eso lo que te preocupa olvídalo Yunia, moriría por ti con gusto"pensó él.

Después de haberse recuperado, Milo salió al pasillo.

Ya estaban todos allí, Yunia también se había cambiado, algo que era normal porque Toby la había manchado, ahora llevaba unos shorts vaqueros y una camiseta larga de manga corta en color añil.

Los caballeros de oro siguieron a las Angels por el pasillo todo recto, hasta que el pasillo se giraba hacia la derecha. Caminaron un buen trecho hasta que vieron a su derecha una puerta, pero Nora y Yunia pasaron de largo, así que aquella no era, unos treinta metros más adelante (si que era grande la mansión) había otra puerta y Yunia entró. Nora la siguió y los caballeros hicieron lo mismo.

Ante ellos había una habitación inmensamente inmensa. Era de unos cuarenta metros de ancho desde la pared que estaba pegada a la cocina (según les indicó Yunia) y unos sesenta metros desde la puerta hasta la pared del fondo. La habitación estaba llena de enormes estanterías plagadas por millones de libros que estaban ordenados, cada estantería correspondía a una letra, y cada veinte estanterías había una nueva categoría. Las estanterías llegaban casi hasta el techo, tranquilamente eran de tres metros de alto por dos metros de ancho. Al fondo de todo, en la esquina izquierda, estaban unas escaleras que subían a la segunda planta de la mansión. Las estanterías iban formando filas, con una separación de unos tres metros una fila de otra. En medio de aquel montón de estanterías, justo también en el medio de la habitación, había uno espacio en forma de cuadrado de cuatro metros de ancho por otros cuatro de alto en el que había así como unos veinte ordenadores fijos, una mesa cuadrada de dimensiones enormes en la que había dos ordenadores portátiles, y en el medio exacto del cuadrado, un atril de acero bañado en plata que sujetaba un viejo, gordo y polvoriento libro de tapas duras en las que había ricos gravados de ángeles, plumas, constelaciones y tres dioses: Ártemis, Atenea y Zeus.

Ellos se quedaron con la boca abierta de par en par.

Ni siquiera la biblioteca de una ciudad llegaba a aquellas dimensiones.

Cuando se recuperaron, Aldebarán preguntó:

-¿Por dónde empezamos?

-Pues... Podríamos empezar por buscar en el archivo libros que hablen de profecías, leyendas, mitos y demás y luego cogerlos.

-Yo miraré mientras el libro de las visiones y profecías de las Angels Torturadas.-dijo Yunia mirando el libro de ricas tapas que estaba colocado en el atril.

La Angel Torturada se dirigió al atril y allí abrió el pesado libro. Al abrir la tapa salió una densa nueve de polvo. Yunia la dispersó con la mano apartando la cara.

-¡¡Madre mía!! ¿Cuánto tiempo hace que no utilizas el libro?-le preguntó Nora a Yunia.

-Buf... Bastante.-le respondió Yunia pasando la primera página del libro.-Vamos a ver... Siglo uno, dos y tres... Están todas las profecías cumplidas. Siglos cuatro, cinco y seis...Mmm... Aquí queda una por cumplir... A ver... No, está no viene al caso...

Mientras, en el santuario de Ártemis, casa de Bella...

Estaba Isabella meditando a sus seis metros de altura tranquilamente, cuando la gigantesca puerta que daba a la sala en la que estaba se abrió totalmente de golpe. Estubo a punto de perder la concentración pero aguantó y bajó tranquilamente. Abrió los ojos y se encontró con que Cristian había vuelto a hacer lo que ella justo había especificado concretamente que no se hiciera bajo ningún concepto. Desconcentrarla. Le lanzó una mirada asesinamente asesina al Cristian que la miraba como siempre, con cara de "quiero acostarme contigo".

Cristian tenía los ojos marrones, pelo negro, un poquito gordo y de altura media-alta pero tirando más para medio, y según todas, bastante mal hecho. Además cabe decir que era
tonto de remate y un pervertido.

Detrás de él estaban Ártemis, Shaka, Afrodita, Camus, Dohko, Shiryu, Shun e Ikki .

-Han venido aquí a invest...-empezó Cristian.

-Lo sé, estoy al tanto.-le cortó Bella pensando "tengo un teléfono móvil como todo el mundo, ¿qué te crees?".

-Hola.-dijo Linda.

-Hola.-le respondió Bella mirando a Cristian como diciéndole "ya te puedes ir".

Él tipo la miró otra vez con su mirada pervertida y se fue.

-¿Encontraste algo?-le preguntó Ikki a la sacerdotisa llendo al grano.

-Sí, más de lo que pensaba. Venid, primero os diré cuales son vuestras habitaciones. ¿Vale?-dijo Bella.

-Perfecto.-le respondió Linda.

Isabella salió de la sala y el grupito de Ártemis la siguió.

-¿Cómo es eso de qué encontraste más de lo que esperabas?-le preguntó Shaka a Bella.

-Pues... Que... Esperaba encontrar algo de información acerca de la Joya del Alma y su división, pero no tanta. Me vino tanta de golpe mientras meditaba que casi pierdo la concentración.-se explicó la sacerdotisa.

-Increíble...-musitó Shaka para sus adentros-A mí nunca me ha pasado nada así.

-Ya. Es algo muy extraño.-dijo Bella encogiéndose de hombros.-Es la primera vez que me pasa.

-Sí, sí que es raro.-dijo Afrodita.-Que TÚ pierdas casi pierdas la concentración.

Bella asintió con la cabeza.

Después de enseñarles la habitación de cada uno y de que el grupito visitante hubiera colocado sus cosas Bella les llevó al centro del templo.

El templo era de forma circular y en su centro justo había un sitio, como el de las catedrales, en el que no había techo y allí los sacerdotes y sacerdotisas se reunían para pasar el tiempo, charlar y etc. El lugar era muy bonito, de cesped verde y cuidado, con rosales y montones de flores, en un lado había un estanque de aguas cristalinas y separadas unas de otras, tres mesas de piedra blanca que tenían a su alrededor bancos de la misma piedra con cogines para sentarse.

A todo el grupito de Linda le pareció un lugar muy bonito y a Linda en especial muy romántico. La Diosa empezó a fantasear en ella y Afrodita besándose a la orilla del estanque, solos, en una noche de luna llena, ...

Bella se sentó en un banco (en la esquina del todo) e invitó al grupito a hacer lo mismo. Encima de la mesa a la que se habían sentado había extendidos varios pergaminos antigüos
y viejos libros habiertos por páginas espécificas.

-Estos de aquí hablan de varias leyendas hacerca del tema, contienen mucha información hacerca de diversos temas sobre la Joya del Alma pero la parte de su división es tan antigüa que la mencionan muy livianamente.-dijo la sacerdotisa mostrándoles algunas páginas de unos libros. El grupito de Ártemis se inclinó para delante para verlos mejor.- Lo malo es que hay muchos que aún no he logrado descifrar, están escritos en lenguas muy extrañas. Y estos pergaminos de aquí... Lo único que logré descifrar son sus títulos, y todos corresponden al mismo: La fragmentación de la Joya del Apocalipsis.

-¿La Joya del Apocalipsis?-preguntó extrañada Linda.

-Sí, meditando he llegado a la conclusión de que la Joya del Alma no es... Puf...¿Cómo te lo explico?-le respondió Bella intentando buscar las palabras adecuadas para explicarselo.

-¿Qué la Joya del Alma es la mitad de la Joya del Apocalipsis y que antes formaban un ente tan poderoso que hubo que fragmentarla para que no provocara la destrucción?-dijo Shaka mirando a Isabella que estaba a su lado.

-Sí, eso mismo.-dijo ella asintiendo con la cabeza.

-Por lo tanto lo ideal sería juntar las dos partes de la Joya del Apocalipsis, es decir, la Joya del Alma y el fragmento que desconocemos, y luego destruirlas.-pensó Shun.

-El caso es...¿Cómo?-preguntó Dohko.

-Exacto, y la respuesta está aquí, pero si no la podemos leer mal vamos.-dijo Bella.

-Bien, entonces entre todos lo intentaremos y seguro que lo conseguiremos.-dijo Shiryu.

Todos asintieron con la cabeza.

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