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miércoles, 14 de julio de 2010

Angels. Capítulo 12

Angels.
Capítulo 12.
Razón de existir.

En casa de las Angels...

El grupito de caballeros de oro que se hospedaban en casa de las Angels esperaban junto con Nora en el salón de la mansión la llegada de Mu.

Los caballeros tenían sus maletas a sus pies.

Nora tenía cara de preocupación y concentración.

Milo por su parte parecía... ¿Qué parecía? ¿Un zombie? ¿Una escultura de mármol? ¿Un caballero de piedra? Pareciera lo que pareciera era como si le hubieran quitado su razón de existir. Nadie, nunca, sería capaz de hacerle olvidar al caballero de oro de Escorpio el momento en que Nora les había dicho lo que pasaba...

Flash Back

El grupo de caballeros estaba sentado en los sofás del salón de la mansión de las Angels. Nora estaba apoyada contra una pared, en frente de ellos, y jugeteaba sus dedos buscando la forma correcta de decírselo.

-Bueno chicos...-empezó Nora mirándolos.- Vosotros sabeis que la Angel Torturada tiene visiones del futuro.-los caballeros asintieron con la cabeza - Bien. El futuro siempre puede cambiar, hasta cierto momento.

-¿Qué quieres decir?-le preguntó Máscara Mortal.

-Una vez que la Angel Torturada tiene una visión, nada puede impedir que se cumpla. Exceptuando que Zeus quiera cambiarlo, claro está. Pues bien, para evitar las visiones de muertes, catástrofes y etc. la primera Angel Torturada le rogó a Zeus que le diera una forma de saber con antelación que iba a tener la visión para así hacer algo y evitarla. Zeus se lo concedió. Le otorgó a la Angel Torturada el poder de la premonición.

-¿Pero visión y premonición no vendrían siendo lo mismo?-le preguntó Aioros.

-En algunos casos sí, en otros no.-volvió a responder Nora.-Buen pues a lo que iba... Yunia lleva teniendo premoniciones desde que nos conocimos en el Santuario.

-¿Qué...-empezó Milo sin comprender, pero enseguida lo entendió.-Oh... No, no, no.¡No! ¡Como diablos le...-dijo el Santo de Escorpio a voz en grito. Nora le miró con comprensión y luego miró a los otros caballeos.

-Premoniciones de una visión en la que todos morimos.-le confirmó la Angel Caída a Milo.

Aioros, Aioria, Aldebarán y Máscara de la Muerte seguían sin entenderlo.

-La premonición que tubo Yunia en sueños ayer por la noche fue la culminante. Y la única forma que tenía de evitar la visión era...-Nora respiró hondo antes de decirlo.-Marchándose.

-¿¡Qué!?-exclamaron Aioria, Aioros, MM y Aldebarán. Milo estaba pálido y tenía la vista perdida.

Fin del Flash Back

Fuera de la mansión se oyó un trueno. Nora se mordió el labio inferior y cerró con fuerza los ojos. La tormenta se calmó al instante y dejó lugar a un cielo despejado y soleado.

Mu apareció diez minutos más tarde en el salón de la mansión. El caballero de Aries se iba a teletransportar cuando le preguntó a Nora:

-¿Quieres que te teletranporte?-le preguntó Mu.

-No, ya voy yo en coche a junto Bella. Pero gracias de todas maneras.-le respondió ella.

Mu asintió con la cabeza y el y los demás caballeros de oro desaparecieron.

Nora se pasó una mano por el pelo y con paso lento y triste se dirigió a coger su coche.

Mientras,en casa de Kat y Will...

Todo el grupito estaba en la cocina, ya habían desayunado y todos contemplaban la conversación entre Livia y Katrina mientras esperaban el regreso de Mu.

Livia estaba sentada, jugando nerviosamente con sus dedo, Kat la miraba de forma preocupada.

-Podrías quedarte tu aquí...-comentó Kat.

-Ni hablar.-replicó secamente Livia.

-La regla 31 no pone que tengas que ir precisamente tú. Aunque claro... ¿Quién mejor que la Princesa de los Lobos para ir en este caso?

-Por eso mismo. Pero a la vez...

-Aurora.-adivinó Kat.-Claro... Yo tendría la misma duda si fuera Will.

-Pero esto es incumplir la norma 14.

-No te vamos a juzgar.

Livia clavó la mirada en Katrina. Al principio la observó con incredulidad pero luego la Princesa esbozó una sonrisa.

-Si se queda... Podrían...-masculló Livia.

-Will se queda.-dijo Kat.

-Eso cambia las cosas.-dijo Livia.

-¿¡Qué!? ¿¡Cómo que me quedo!?-exclamó el chico, que estaba en la otra punta de la habitación.

Katrina fulminó con la mirada a su hermano para acabar el gesto enarcando las cejas.

-¿Seguro que no quieres quedarte?-le preguntó la pelimarrón a su hermano.

William entendió a donde quería parar su hermana. Si se quedaba protegería a Aurora, y además estarían a solas...

-Creo que aquí estaré de maravilla.-respondió el chico mientras asentía con la cabeza para darle más credibilidad a sus palabras.

Kat y Livia retomaron su conversación.

-Entonces... Yo voy, ¿tú?-dijo Livia.

-Claro.-respondió Kat.

-Bien entonces...-comenzó la Princesa. Pero Livia cayó al ver a Mu, que se acababa de teletransportar en medio de la cocina. La chica le brindó una ancha sonrisa.

-Ya están los demás en el santuario, princesa Atenea. -dijo el Caballero de la primera casa.

-Bien vamos entonces.-dijo Saori.

-¿Y vosotros?-le preguntó Linda a Livia mientras el grupito que se hospedaba en casa de Will y Kat se iba hacercando a Mu para que este los teletransportara.

-Id vosotros, luego ya nos vendreis a buscar a nosotros.-le respondió Livia.

-Vale-respondió la reencarnación de Ártemis para luego desaparecer.

Livia dejó escapar un suspiro. Kat y Will la miraron con un gesto de interrogación en el rostro.

-Va siendo hora de hablar con el clan.-comentó la Princesa de los Lobos.

Los tres licántropos salieron de la cocina y fueron al jardín. Allí, los tres se transformaron y corrieron hacia el corazón del bosque, donde el resto del clan estaba reunido esperándolos.

Mientras, en el santuario de Ártemis...

Bella estaba sentada en un banco del claustro, tenía la vista perdida ya que estaba sumergida en sus propios pensamientos. Pero alguien la sacó de su trance.

-¿Bella? ¿Puedo hablar contigo?-preguntó Shaka sentándose a su lado.

-Sí, claro.-le respondió ella.

-¿Qué vas a hacer?-le preguntó el Santo de oro de Virgo.

-¿Cómo qué qué voy a hacer?-le preguntó la sacerdotisa sin comprender.

-¿Qué vas a hacer tú ahora? ¿Te quedarás aquí o vendrás al santuario?

La chica suspiró.

-Me quedó, Shaka. No puedo dejar el santuario sin nadie que lo... controle podría decirse.

-Oh, vaya.-musitó el caballero. Al principio le molestó que Isabella se quedara, pero después de pensarselo mejor, él llegó a la conclusión de que era mejor así, si se quedaba la chica no correría peligro.

-¿Por qué lo preguntabas?

-Por... Por nada. Déjalo.-Shaka se levantó y se salió del claustro ante la procupada mirada de Bella.

El caballero de Virgo se dio la vuelta para mirarla antes de marcharse de vuelta a junto Linda. Se sorprendió mucho al ver que la mirada de la sacerdotisa era triste. Eso le conmovió profundamente. El joven sacudió la cabeza y salió definitivamente del claustro. Pero eso, no le impedió oir lo que Isabella le dijo.

-Shaka... ¿Por qué es tan difícil?-murmuro la chica.

La joven miró hacia el suelo conteniendo las lágrimas. Le quería, le amaba, pero... "Sus sentimientos son muy distintos a los mios" pensó Bella.

El caballero pareció adivinar sus pensamientos, porque rápidamente volvió a junto la chica y se acuclilló en frente de ella.

Ella levantó ligeramente la vista para ver a los ojos al caballero, que estaban bien abiertos.

Shaka la cogió por la barbilla y le hizo alzar la cabez, entonces, la besó. Un beso suave y dulce, pero lleno de sentimientos.

Ambos sintieron que se derretían...

Pero alguien los espiaba, desde bastante lejos para que el caballero de oro de Virgo no lo sintiera, Cristian temblaba de rabia al ver a la chica a la que quería... Bueno, más bien a la chica con la que quería mantener relaciones sexuales con aquel estúpido Shaka. Ya que el caballero de oro de Virgo siempre le había caído como una patada en los riñones a Cristian. Cristian empezó a temblar de ira, un gran error por su parte, ya que en ese momento Shaka lo sintió.

El caballero se separó rápidamente de Bella y se giró mirando en círculo a su alrededor.

Pero Cristian ya se había marchado corriendo de allí.

Shaka iba a marcharse tras él, pero Bella lo cogió del brazo.

-Por favor... Quédate conmigo...-murmuró la chica.

El caballero la abrazó y la volvió a besar.

-Mientras tú sientas algo por mí, yo permaneceré a tu lado.-le susurró él al oído.

-Y, sin embargo, esta noche os marchais...-dijo la chica finalizando el beso y abrazándolo mientras apoyaba la cabeza en el hombro de él. Lágrimas de dolor corrieron por el rostro de la sacerdotisa.

-Tengo que proteger el Santuario y a mi Diosa... Y tú te tienes que quedar aquí, a salvo.

-Pero...

-Si algo te pasara jamás me lo perdonaría, Bella.-le cortó él.

Mientras, no muy lejos de allí...

Cristian corría por uno de los pasillos del templo. Su cuerpo no paraba de sentir convulsiones de ira. Bella, su deseada Isabella, estaba con aquel caballero de Atenea.

El chico le dio un puñetazo a la pared.

-Te mataré, Shaka de Virgo, lo juro...

De repente, Cristian sintió una presencia detrás suya. Se sorprendió mucho, pero al mirar quienes eran esbozó una sonrisa burlona.

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