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miércoles, 14 de julio de 2010

Angels. Capítulo 8

Angels.
Capítulo 8.
La bruja.

Kat se deslizó por el túnel con su cuerpo invadido por el odio.

Como aquella hija de su madre le tocara un solo pelo a Saga se arrepentiría de haber nacido.

Katrina no terminaba de creerse que esa aún estubiera viva. No, no podía ser cierto, tenía que estar muerta, tenía que estarlo. Ella la había matado con sus propias manos en venganza de sus padres. ¿Cómo podía estar viva?

La había visto caer al río, desangrada. Recordaba a la perfección la sangre sucia de aquella malnacida en su hocico, en sus patas...

La chica abrió sus ojos verdes de pronto al sentir el impacto. Había caído por aquel túnel y había dado con sus huesos en un suelo de piedra al final del agujero. El golpe no había sido precisamente pequeño.

Dolorida, Kat se levantó. El túnel se abría paso por la oscuridad delante suya. Miró para ambos lados pero no vió a Saga por ninguna parte, seguramente siguiera el túnel.

De pronto, la ojisverdes se dio cuenta de lo que le había pasado a Saga. Lo mismo que a su padre. "Pero él es fuerte, más de lo que era padre..."pensó la chica. Pero la verdad era inevitable. La bruja aquella había logrado seducir a Saga. Puñetera bruja.

La chica caminó a través del túnel forzando la vista ya que allí no había precisamente mucha luz. Por fin, oyó la voz de Saga y la de la bruja aquella.

-Tú sueñas despierta.-se le oyó decir al caballero.

-¿Por qué? ¿Acaso no te gusto?-dijo la bruja. Katrina apretó los puños.

-No. ¿Cómo me ibas a gustar tú a mí? Lo flipas en colores.-dijo Saga otra vez.

-Bueno... ¿Te gusto más así?-preguntó la bruja.

Kat se acercó sigilosamente al lugar a donde daba el túnel. Era una vieja caverna subterránea, iluminada por unas antorchas que colgaban de la pared. No era ningún sitio especial, como había pensado en un principio. La bruja aquella estaba al fondo de la caverna, Saga se encontraba en el medio de la caverna, con cara de "¿Se puede saber qué pasa aquí?".

La bruja dio un paso al frente y pude ver el aspecto que tenía...¡Tenía mi apariencia!

Saga se quedó aún más pillado todavía.

-¿Así mejor?-preguntó la estúpida aquella con mi voz.

La bruja esa volvió a dar otro paso al frente y Saga a su vez dio uno para atrás.

-¿Qué demonios...?-empezó a decir el caballero.

-Querido, Katrina y yo somos la misma persona, ¿aún no te has dado cuenta?-mientras decía esto la bruja, Kat sintió que le daba un escalofrío del odio y el asco.

Saga se hechó para atrás hasta quedar al lado de la verdadera Katrina, pero sin llegar a verla, tenía puesta la vista en la bruja.

La licántropa fue lista y se acercó a él por la espalda, poniéndole las manos en los hombros mientras le decía a la bruja:

-Querida Runa, ¿tú y yo la misma persona? Como dijo MI-Kat recalcó especialmente ese mi- Saga tú sueñas despierta y lo flipas en colores.

Saga se dio la vuelta y se quedó mirando a la chica. Katrina le sonrió.

-¡Kat, querida hijastra!-exclamó Runa adoptando su propia forma y hacercándose a Katrina. Era un mujer de unos sesenta años, arrugada como una pasa, de pelo gris oscuro y ojos negros como el carbón.

-Tú no eres nada mío.-le recalcó Kat a Runa.

-Querida sabes que eso no es ciert...

-Oh, sí que es cierto. Que mataras a mi madre para salir con mi padre, convencerlo de que te dejara su fortuna y luego matarle no te convierte en nada mío. Además...¿mi padre te dio bien en las narices al morir, eh?-dijo Kat con un profundo dolor. Runa hizo una mueca de disgusto.

-Pues sí, la verdad es que sí. El muy estúpido os dejó el dinero a ti y a tu hermano que de aquella tenía cinco años. Debería haberme dado cuenta de que tú ya tenías los dieciocho y podías hacerte cargo del dinero, debí matarte a ti depués de tu madre y luego a tu padre. Y el pequeño Will, estaría bien en un horfanato o en un internado, pero cuando cumpliera la mayoría de edad podría haberse hecho cargo también del dinero, pero lo mataría a los diecisiete. Sí, el plan podría haber salido bien de no ser por ti.-Runa ensanchó una sonrisa malévola mientras decía esto, consciente de que le estaba dando en uno de los puntos más débiles a Kat.

La morena comenzó a temblar lévemente mientras la miraba con odio. Saga le quitó las manos de sus hombros y le pasó una mano por la cintura mientras preparaba su ataque.

-No, espera Saga.-le dijo Kat deteniéndole justo cuando él iba a atacar y a matar a la tal Runa que estaba molestando a SU(el caballero recalcó mentalmente ese su) chica.

-Es algo personal.-dijo la Runa.

-No durará mucho.-dijo Katrina mirando a Saga como diciéndole "tranquilo".

Runa se hechó un paso para atrás en posición de lanzar un ataque y Kat se separó de Saga lanzándole a la asesina de sus padres un gruñido.

Saga no sabía que hacer. Si mataba a la tal Runa evitaría que le hiciera daño a Kat, pero a la vez era un asunto personal entre su chica y la asesina de sus padres. Debería dejar que Katrina cumpliera su venganza. Pero tampoco podría permitir que sufriera algún daño.

La acción siguiente de Kat hizo que Saga dejara sus pensamientos aparte. La chica saltó hacia delante transformandose en loba, la tal Runa sonrió malévolamente.

Runa desapareció haciendo una nube de polvo.

Katrina cayó de rodillas y empezó a toser sin parar.

Saga corrió hacia ella y se puso de rodillas en frente de ella.

-¿Kat estás bien?-preguntó sumamente preocupado.

La nube de polvo se disipó y Katrina paró de toser.

-Perdona...es que soy asmática.-dijo la chica.

Ella no pudo más y se apoyó en el pecho de Saga.

…El se quedó inmovil sin saber muy bien lo que hacer. Sintió las lágrimas de ella ardiéndole en el pecho y solo acertó a abrazarla.

-Kat... Lo siento...-murmuró él.

-No pasa nada.-dijo ella secándose las lágrimas y levantándose. Saga también se levantó.-Sálgamos de aquí. Tendremos que volver por el túnel...

-Tengo una idea mejor.-dijo Saga con una sonrisa pícara.-¡Genma Ken!-exclamó atacando al techo.

El techo se abrió dejando al descubierto el cielo. Estaba anocheciendo.

-No voi a poder saltar tanto...-dijo Kat mirando que el agujero del techo estaba a unos siete metros de altura.

-Sube.-dijo Saga agachándose ligeramente.

Katrina dudó un poco pero al final dijo:

-Vale.-y con un pequeño salto se subió a caballito del caballero de oro de Géminis.

Saga se irguió totalmente y se hechó para atrás para coger impulso y saltó. Ya arriba Saga se agachó un poco para que Kat bajara. Mientras bajaba Katrina, él comentó:

-Parecemos los de Crepúsculo.

-Tú eres mucho más guapo que cualquiera de los de Crepúsculo.-dijo Kat ya en el suelo. Saga se volvió a erguir y se giró para quedar en frente de ella.

-Y tú les das mil vueltas a cualquiera, y no solo a las de Crepúsculo.

Ambos se sonrojaron y sonrieron.

…El la cogió de la cadera y la atrajo hacia si y se besaron.

Y fue un beso cariñoso, fiero, sensual y apasionado. Todo esto a la vez.

-¿Vamos?-preguntaron los dos a la vez ya separados de su beso.

Sonrieron ante la casualidad.

Corrieron hacia donde estaban Saori y Linda.

En el viejo templo ya estaban casi todos, excepto Livia que estaba avisando a todo su clan de que se reunieran en el templo

Por fin llegaron todos al templo, Livia llegó de última, ayudando a caminar a un chico de pelo negro,ojos verdes y unos quince años que cojeaba de una pierna.

Kat corrió hacia el chico, algo que sorprendió a Saga e hizo que Máscara Mortal se metiera con él por celoso.

-¡Will! ¿Estás bien?-le preguntó ella preocupada.

-Ay, sí, no es nada.-respondió Will mirando a Yunia. El chico se sentó en una piedra y Kat se sentó a su lado. La Angel Torturada se acercó, se acucilló al lado del chico y le puso la mano en la pierna. William sintió el poderoso cosmos de la Angel Torturada y la herida desapareció por completó, asi como otras heridas más pequeñas que tenía en los brazos y la cara.

Saga miró con cara interrogante a Katrina.

-Se me olvidaba.-dijo Kat.-Caballeros, Atenea, os presento a mi hermano William.

-Will, por favor.-pidió el hermano de la ojisverdes morena.-No me gusta que me llamen William.

-¿Por qué no?-preguntó Saori sonriente. Will se encongió de hombros.

-Debe de ser cosa de familia-dijo Aurora sonriéndole al chico.

-¿Cosa de familia?-preguntó Aldebarán ya que no lo había pillado.

-A mi tampoco me gusta que me llamen Katrina, prefiero que me llamen Kat.-dijo la chica de este nombre.

-Bueno... ¿Qué hacemos ahora con la Joya del Alma?-preguntó Mu.

-Lo mejor sería destruirla, ya visto que aquí no somos capaces de protegerla y en cuanto se saque de la caja... Bueno, ya lo sabeis.-respondió Livia. Todos se quedaron pillados ante esta respuesta, pero la Princesa de los Lobos tenía razón, lo mejor sería destruirla.

-¿Cómo la destruimos?-preguntó Shura. Todos miraron a las Angels.

-Vale.-dijo Nora que se acercó a Atenea, que era quien en esos momentos llevaba la caja.

Yunia iba a hacer lo mismo que su mejor amiga pero se detuvo en seco. Cerró los ojos con fuerza. y se concetró en la visión. Todos la miraban extrañados, sobre todo Atenea y sus caballeros, que era la primera vez que veían a Yunia teniendo una visión. Por fin, la Angel Torturada abrió los ojos y dijo:

-Esperad. No la podemos destruir.

-¿Por qué?-preguntaron todos los demás a la vez.

Yunia se puso delnate de Saori y le tendió las manos para que le diera el joyero que contenía la Joya del Alma. Atenea se lo dio y la Angel Torturada lo abrió.

-Porque no está completa.-dijo contestando a la pregunta.

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